La envidia de pene en el fandom

Un comentario de Óscar Casado –teórico de la literatura académico, aquí, en Prospectiva– sobre teoría de la literatura me lleva una vez más a la conclusión de que demasiados lectores suelen estar ciegos respecto a lo académico teórico y a la crítica que realizan muchos profesores universitarios. Cada día lo veo más. Mis compañeros en la facultad, hoy, leen muchas cosas, se interesan, disfrutan muchos tipos de literatura, son bastante abiertos en las clases…  Si no fuera así, a mí no me habrían ofrecido que impartiera “Teoría del lenguaje literario” sobre literatura fantástica y literatura de ciencia ficción, especialmente la prospectiva –porque a mí me ha atraído centrarme en ella–.

¿Dónde están, entonces, esos académicos cerrados, con verrugas, ojos sanguinolentos y colmillos que quieren obligar a los pobres lectores del fandom a leer a James Joyce y que les dicen lo que tienen que opinar, que pensar, que disfrutar? Yo no los conozco entre mis compañeros de Departamento. Varios leen Hélice y les encanta, y me preguntan a veces qué leer de ciencia ficción prospectiva, y muchos también leen novelas rosa –en serio–, policíacas o incluso space opera. Algunos académicos, como Sara Martín, Daniel Ferreras, David Roas, Elia Barceló o yo mismo hemos dedicado nuestra vida profesional precisamente a estudiar estos géneros.

Sin embargo, encuentro muchas más intolerancias, sentencias, radicalismos, juicios valorativos en las críticas externas (por ejemplo, muchas del fándom o en algunos ámbitos periodísticos o líneas editoriales) que en el ámbito académico de la teoría de la literatura.

Anteayer, por ejemplo, se me acercó uno de los profesores más estirados que he tenido, y que ahora es compañero, me preguntó por mi tesis, y, cuando le dije que iba de literatura de cf, me dijo: "¡Qué interesante! Qué bien que aquí ahora puedas explicarla aquí”.

De hecho, mi tribunal de tesis se portó fenomenal. Mostraron muchísimo interés e incluso mandaron un saludo a los fandomitas que hubiera en la sala, con admiración y cariño. Alberto García-Teresa y Fidel Insúa pueden atestiguarlo, porque estaban allí. Incluso, durante la comida, cuando dije que me gustaría estudiar la novela de cf de Pedro Salinas, el presidente del tribunal –una reconocida eminencia–, me dijo: “Deje tranquilo de una vez a Salinas y dedíquese a esa literatura; vale ya de los estudios de siempre”.

Creo que hay mucha leyenda urbana sobre la teoría y la crítica literarias. Me parece más peligroso –respecto a sus imposiciones– el pseudointelectual que habla de literatura sin tener ni idea que los académicos teóricos, que a menudo están muy abiertos. No digo que no haya ceguera e intolerancia en el academicismo, pero no creo que sea siempre así ni pueda ser juzgado desde esa única perspectiva. Te recuerdo, amable lector, que el congreso organizado por la Universidad Carlos III de Madrid y la Asociación Cultural Xatafi dispuso de total apoyo institucional, incluso miles de euros de subvención y una buena disposición por parte de todas las personas que decidían.

Para mí, un pseudointelectual (algunos blogueros, algunos escritores, muchos estudiantes de licenciatura, autodidactas sin criterio…) es una persona que:

1.    Ha picado aquí y allá sin profundizar en nada y sin la ayuda de un buen aparato teórico ni una buena brújula. ¿Recordáis el personaje de Kevin Kline en Un pez llamado Wanda?

2.    Sabe citar cosas que el gran público no conoce y no le puede rebatir, pero no llega a citar el texto concreto ni la teoría en que se basa (ejemplo: “Eso está muerto desde la obra de Frazer y si no sabes quién es Frazer no voy a molestarme en explicártelo”).

3.    Grita mucho (el prototipo “estoy cabreadísimo con el mundo”) o habla demasiado bajito y demasiado despacio (el prototipo “para hablar de algo tan divertido como la literatura hay que aburrir al personal”).

4.    A veces, tiene un corrillo de admiradores a los que le gusta vacilar cuando demuestran saber menos que él, pero que aún así le admiran y que incluso a veces escriben “artículos” –por llamarlos de algún modo– en webs cutres demostrándolo. Pobrecitos míos…

5.    Usa muchísimas sentencias cuando escribe, muy categóricas. Esto siempre me ha llamado la atención. Muchas personas escriben que nada se puede decir de la literatura porque es cuestión de gustos. Sin embargo, estas mismas personas afirman sin problemas: “Es una mierda de novela, es evidente” o “Esta sí que es una gran película”, para añadir a continuación: “Oye, sólo estoy dando mi opinión, es cuestión de gustos, pero esa novela es muy mala”. Si alguien sólo da su opinión y todo es cuestión de gustos, cuando esta persona escribe: “Esta película es buena”… ¿No significa sólo que esa persona opina que el criterio para juzgar si algo estético es bueno o es malo es el propio gusto del que habla? Es evidente, ¿no? Alguien que dice: “Es cuestión de gustos, pero en mi opinión esta novela es mala” dice que él decide lo que es bueno o malo, según sólo su gusto. ¿Habéis visto tamaña dictadura, algún intolerante mayor, una persona más prepotente, que alguien que opina que tal obra es mala o buena, que ésa es su opinión, pero que es cuestión de gustos?

Mantengo la teoría de que el planteamiento expuesto es la razón por la que estos individuos se enfadan tanto cuando no se está de acuerdo con sus opiniones sobre una u otra obra.  No se lo toman como una mera diferencia de pareceres: a menudo entran en cólera. Pero ¿cómo podría ser de otro modo? Si su gusto es la medida de todas las cosas, no estar de acuerdo con su juicio implica atacarle a él como persona: lo que siente, lo que afirma; su propio estatus entre su gente está contenido en cada uno de sus gustos estéticos. ¡Qué estrés ser ellos, ¿no?!

No sé si fue Albert Boadella quien dijo que en España habían hecho un grandísimo daño los pseudointelectuales, cuyas teorías el público profano en cada materia confundía con las verdaderas teorías académicas.

En nuestro género esto se ve día a día.

Por ejemplo, jamás le he escuchado a ningún compañero teórico referirse a las teorías de alguien como “ombliguistas” o “prepotentes” ni nada parecido, como no creo que un físico opinara que un análisis de una partícula fuera “prepotente”. Las vería como teorías y dialogaría, creo yo; esto depende, por supuesto, de la forma de ser de la persona, que en todos sitios hay de todo, claro.

Pondré un ejemplo más concreto: ¿cuántas veces habéis leído descalificaciones radicales, incluso ofensivas, sobre los gustos de alguien o sobre obras en listas de correo, páginas web del fandom, reseñas de blogs… ? ¿Y cuántas veces habéis leído esos mismos ataques en el ámbito teórico académico?

En primer lugar, quienes opinan sobre lo que dicen los académicos sobre literatura no pueden tener las bases para hacerlo en la mayor parte de los casos, porque nadie que yo conozca del fandom –de todos los que critican a los académicos– ha estudiado teoría de la literatura ni lee libros académicos sobre teoría de la literatura

¡Pero todos parecen tener muy claro lo que piensan los académicos teóricos, lo juzgan, lo critican, se creen mucho más doctos que personas que se llevan haciendo esas preguntas desde hace 2.500 años!

¿De verdad creéis que nadie en teoría de la literatura jamás ha pensado si las obras que merece más la pena leerse son unas, otras o no se debe hacer un canon? ¡Por Dick, si es uno de los grandes debates académicos de los últimos sesenta años! ¡Si fue parte de la querella entre antiguos y modernos en el siglo XVIII! ¡Si trajo de cabeza a todos durante el siglo XIX! Lo que estamos es ya casi agotados de hablarlo.

Por eso, cuando en un nuevo blog o en un comentario veo a alguien de nuevo con lo de: “Los teóricos sólo pretenden imponer sus criterios”, de verdad que me vuelvo a preguntar si ese tipo tiene una bola de cristal mal sintonizada o lo ha soñado o nos confunde con los profesores de Historia de la Literatura que ha tenido en el colegio –los cuales, por cierto, no suelen ser investigadores ni teóricos de la literatura, ni siquiera críticos, en la mayoría de los casos, sino gente que debe pelear como puede día a día contra adolescentes asilvestrados–.

Por supuesto que hay teóricos intolerantes que desprecian unas obras u otras y se ponen en un púlpito. ¡Es que también hay teóricos intolerantes que desprecian a Proust o a Cervantes! No es una exageración: hace años, en una mesa redonda con un académico de literatura española, estuvimos discutiendo si el Quijote era o no una gran obra y él estaba convencidísimo de que no. Me fue muy gratificante aquella discusión; espero continuarla con él algún día, porque se quedó a medias.

¿Por qué no gusta la ciencia ficción? Desde luego, por desconocimiento, por falta de moda, por una insistencia por parte de algunas personas (casi siempre del propio fandom) por mostrar el lado más pulp de la ciencia ficción, que no es malo, pero no es el único. Y, aún así, en Teoría de la Literatura se estudia con respeto si surge la ocasión.

Pondré otro ejemplo: los más grandes teóricos actuales vivos leen ciencia ficción. La leen y la defienden: Eco, Bloom, Steiner o Culler, por citar cuatro de los más importantes. ¿Dónde está su intolerancia, dónde está su ombliguismo?

Porque, resumiendo, ¿qué es un teórico de la literatura?

Un teórico de la literatura es una persona que ha dedicado durante años más lecturas, más reflexión y más discusiones a cómo funciona la literatura que alguien que no es teórico de la literatura. Con eso, aunque parezca lo contrario, se gana bastante humildad. ¡La de hostias que me he llevado cada vez que me he puesto estupendo en una clase o en una charla ante gente que sabía más que yo o menos que yo!

Por eso gente como Óscar Casado –por lo que le conozco– o como yo intentamos ser bastante abiertos en esto de las narraciones y de las valoraciones. No sé él, pero yo he adquirido muchísima humildad con los años a la hora de valorar gustos, obras y técnicas, argumentos, y formas… A veces no queda más remedio y juzgamos, siempre con cuidado infinito, con miedo a meter la pata, buscando la mayor honestidad posible. Y he metido la pata. ¡Y vergonzosamente, a veces! Bueno, siempre juzgan mucho más los pseudointelectuales. Y sin miedo, escrúpulos ni vergüenza.

¿Cuál es la conclusión, por tanto? ¿Sólo un teórico puede opinar sobre literatura?

La conclusión está en que la calidad de una obra es algo muy delicado, que depende de demasiados factores y que cuando se hagan juicios de valor se debe contemplar bien qué es una cuestión de gustos y qué es una cuestión objetiva, y diferenciar entre ambas. Yo aprendo todos los días de Julián, de Edu, de Alberto, de Fidel, de Nacho, de Santi E., de Santi L.M., de Juanma, de Marc… Y ninguno es teórico de la literatura –aunque es cierto que varios son escritores–, pero creo que en nuestras conversaciones somos bastante cuidadosos en distinguir gusto de hecho.

La conclusión no es que sólo nosotros debemos juzgar. ¡Jamás defenderé eso! La conclusión es que no sé dónde está la prepotencia por nuestra parte; la mayor parte de las veces, y la veo continuamente, día a día, en muchos escritos del fandom. Las opiniones y gustos de los lectores son importantísimos para mí. Me ayudan a entender ,a vislumbrar patrones, a reconsiderar, a ver cosas que no veía, a ser humilde. También creo importantísima la visión del académico para el lector: para enriquecer aún más lo que el propio lector ya está enriqueciendo por sí mismo.

Y, por último, sigo sin ver razones para el desencuentro entre el teórico académico y el público. Sigo sin entender por qué tantos fandomitas son mucho más dictadores y prepotentes que cualquier académico.

No necesitan ponerse en la posición en la que creen que está el académico ni sentirse menospreciados por los teóricos y los críticos. Sus gustos son importantes; son los que mueven los libros. Basta con que los defiendan y basta con reconocer la diferencia entre gustos y hechos. No se trata de ver quién la tiene más grande, de verdad.

42 comments

  1. Bueno, este retrato del fandom me parece un poco injusto, sobre todo si te refieres al fandom que conozco, el de foros y blogs. En foreros y blogueros de la cosa cienciaficcionística hay algún gañán, pero de verdad que son los menos. El fandom de ahora es mucho más heterogéneo y fragmentado de lo que ha sido nunca.

    Por otro lado, las quejas de este hipotético fandom no creo que vayan contra el mundo académico, sino contra la percepción que de cf tiene el público más masivo y el demencial tratamiento que a veces recibe en prensa o televisión -con grandes excepciones, como algunos especiales de Babelia o mi idolatrado Jacinto Antón.-.

    Finalmente yo creo que la cf sí gusta -ahí están las películas de cf o fantástico con ropaje de cf que bien taquilleras son-, lo que no gusta es leer y menos leer cf.

  2. Fernando, sin quitarte la razón, no creo que la santificación del mundo académico -más bien universitario o profesoral- que haces en tu larguísimo texto sea mínimamente realista.

    Por lo que dices eres un recién llegado a un Departamento universitario, sientes veneración hacia los que han aprobado tu tesis -sobresaliente cum laude, ¿no?¿verdad? Pues como todas las que se presentan, entre ellas la mía- y estás creciendo, bien, eso está muy bien, pero los santos… a las iglesias.

    Las reseñas entre los profesionales de un gremio, deberías saberlo, no responden a criterios meramente científicos, sino en la mayor parte de los casos a afinidades personales, políticas o laborales. Echa un vistazo a «Revista de Libros», por ejemplo, y lo verás, y ya de forma más descarada a «Babelia» -no hay libro malo si lo publica una editorial propia-, el «ABCD» -siempre tan, tan, tan despiadado con las obras de J. M. de Prada- o «El Cultural» de El Mundo -en fin-. Pero también puedes ver las reseñas en las revistas científicas, que son una merienda de negros -perdón, afroamericanos o subsaharianos, quería decir-.

    El público lector es ese ser con forma -que sí, que la tiene- que compra un libro. Vaya. Y se equivoca muchas veces, y otras tantas le engañan, otras le gusta porque sí o porque se lo ha dicho su prima de Coslada, qué sé yo. Y existen muchos tipos de público y de lector. Hay mucho lector que prefiere leer historietas de dragones y magos, a adentrarse en «Pórtico», «Crónicas marcianas» o «La guerra interminable» y tener que… ¡pensar!

    El desencuentro del que hablas se debe, ya por terminar, a que las variables no son tan unívocas como se desprende de tu escrito. No hay desencuentro, sino encuentros, ignorancias mutuas y algún encontronazo. Nada más, que nadie se moleste, y no nos pongamos estupendos que ya somos muy mayorcitos.

  3. [quote=»Jorge Vilches»]Hay mucho lector que prefiere leer historietas de dragones y magos, a adentrarse en “Pórtico”, “Crónicas marcianas” o “La guerra interminable” y tener que… ¡pensar![/quote]

    Sin entrar en que no estoy de acuerdo en lo planteado en el árticulo y además por los mismos motivos probablemente que tu señalas… esta frase EMHO suena durilla.

    Sólo quería decir eso… :D

  4. Ciertamente, la endogamia en el mundo cultural existe, pero existe para todos. Pienso honradamente que lo que dice Fernando es correcto. En ambientes de crítica literaria, entre estudiosos del fenómeno narrativo, más que un género al que adscribirte te preguntan autores con los que te identificas. Hay una voluntad muy sana, en general, de trascender tópicos. Para ellos, hasta resulta simpático que escribas CF, un sano contrapunto a tanto Derrida, Cioran y Focó.

    Yo personalmente el prejuicio lo percibo entre los propios escritores y en el mundo editorial. He participado en algunos encuentros de escritores, más que nada como periodista, alguna vez como autor (me da rubor emplear este término, pues técnicamente sólo he publicado dos libros), a mí me presentan como “hace CF, pero no muerde y sabe hacer sus necesidades en el vater”. Me hacen sentir como si ellos fueran Stokovich y yo el bajista de la Orquesta Topolino. A veces me dan ganas de añadir, bueno, en realidad escribo metáforas sobre el entendimiento agente en Sto. Tomás de Aquino en la onda de las ucronías de la momia vámpiro de Prosciuti Parmesani, estoy seguro que si lo dijera, más de uno pensaría “ahhh, menos mal”.

  5. Es cierto, como dice Naturo, que la identificación personal va más por la declaración de autores que de temáticas o géneros; y que en muchas ocasiones resulta más una pose que una confesión.

    Pero, por otro lado, creo que el crítico literario es un elemento secundario en este negocio de juntar letras. El primer filtro es el del editor y, por ende, y a muy corto plazo, el del lector. Lo demás, no deja de ser un juego de vanidades entre los falsos Benaventes y los falsos Dostoyevskis de turno, sin más importancia que la que se les quiera dar según convenga. Esto no quita el que existan profesionales que verdaderamente respondan a un vademecum respetable.

    A des_frankestein: No he querido molestarte con lo de «historietas». Mil perdones si así ha sido.

  6. Jorge Vilches comenta: «creo que el crítico literario es un elemento secundario en este negocio de juntar letras. »

    Mi recomendación es que te leas el artículo «Sobre la crítica» de Fernando Ángel Moreno, publicado en la revista Hélice nº 1. Puedes descargarte dicha revista en:
    http://www.revistahelice.com/

    Un cordial saludo.

  7. Más que por lo de historietas te lo he dicho por lo de… ¡pensar!

    Y no por que me sintiera ofendido yo mismo, sino porque creo que definir a un lector (o a una persona al fin y al cabo) como no pensante es un poco duro.

    No hay que pedir perdón, a lo mejor es cierto lo que dices y estoy siendo demasiado poiticamente correcto (que lo odio)

    Saludos :D

  8. J. Fidel Insúa dice: «Mi recomendación es que te leas el artículo “Sobre la crítica” de Fernando Ángel Moreno, publicado en la revista Hélice nº 1.».

    No tengo que convencerme de que la Crítica es un elemento muy valioso; es más, parte de mi profesión -cobro por ello- es ser crítico, escribir reseñas, aunque de otro tipo de libros.

    Y estoy más que convencido de que el crítico abre la obra al lector, mostrando mucho más de lo que el público corriente puede captar en una simple lectura. Lo sé, y eso reconforta mi dura tarea de extraer el alma a un libro. Pero también conozco que el lector común desconoce la tarea del crítico. No sólo es por la mala fama o la labor de algunos críticos, como dice Fernando en su artículo en «Hélice», sino porque la mayor parte de los lectores no acude al crítico para saber qué libros comprar. Algunos sí, pero en las ventas lo que funciona es otra cosa, como el boca a boca, porque el lector en general no distingue a la hora de la verdad entre «gusto» y «calidad» -¿Cómo era eso? ¿De fútbol y medicina todo el mundo opina?-. Ahora bien, quizá no hablamos del mercado, sino del libro de biblioteca y de fondo.

    Una cosa muy distinta es el prestigio literario que se obtiene gracias al beneplácito de la Crítica -y no todos los críticos son iguales-, o la importancia que le damos a la misma los que nos dedicamos a esto; una importancia mucho menor, proporcionalmente hablando,que la que le da el público en general. No creo que sea pesimista, soy realista.

    Saludos

    Coda para el amigo des_frankestein: No he dicho nada. Lo puedes borrar. No llamaremos a Alatriste.

  9. Dice Jorge Vilches: «Por lo que dices eres un recién llegado a un Departamento universitario, sientes veneración hacia los que han aprobado tu tesis»

    Respuesta: No a ambas afirmaciones.

  10. A Fonz: Por eso digo «en el fándom» y no «del fándom». Y, sí, van directamente contra el mundo académico, dicho literalmente, en numerosas ocasiones. Otra cosa es que confundan «mundo académico» con «mundo de los periódicos», con el día a día de los periódicos.

    A Jorge Vilches: Me encuentro vinculado tanto profesionalmente como personalmente con varios departamentos de diferentes áreas desde hace muchos años, tanto de ciencias como de letras. Te aseguro que conozco muy bien el mundo universitario No tengo idolatrado a nadie aunque, por lo que veo, quepa deducirlo de mi texto. Y, evidentemente, no profundizaré en ese tema aquí, pues estás mezclando tus deducciones personales sobre mí, lo cual agradecería que no se hiciera con mis textos, como ya he dicho en algún otro sitio, con un hecho concreto: recepción de la cf en el mundo académico.

    Conozco cómo trabajan las publicaciones que citas, por personas afines a ellas o que trabajan en ellas; de todos modos, ninguna es una revista académica. Esta es una confusión habitual, como la citada más arriba.

    Dice: «y no nos pongamos estupendos que ya somos muy mayorcitos.»

    Espero que no haya realizado un comentario insultante hacia ti que haya invitado a esta respuesta. Hacia cierta gente del fándom, estoy seguro de que sí. Si estás incluido en esa gente, lo entiendo, pero en ese caso no has rebatido lo argumentado.

    Gracias por los mensajes.

  11. Dice Naruto: «En ambientes de crítica literaria, entre estudiosos del fenómeno narrativo, más que un género al que adscribirte te preguntan autores con los que te identificas. Hay una voluntad muy sana, en general, de trascender tópicos. Para ellos, hasta resulta simpático que escribas CF, un sano contrapunto a tanto Derrida, Cioran y Focó.

    Yo personalmente el prejuicio lo percibo entre los propios escritores y en el mundo editorial.»

    Dice Jorge Vilches: «Es cierto, como dice Naturo, que la identificación personal va más por la declaración de autores que de temáticas o géneros; y que en muchas ocasiones resulta más una pose que una confesión.»

    Estoy bastante de acuerdo, sí, con esta afirmación, aunque también abunda entre muchos aficionados.
    En cuanto a la pose -afirmación que creo que es también cierta en muchos casos- se convierte demasiadas veces en realidad. Basta repetirla suficientes veces para convertirla en realidad social o incluso individual. ¿Cuántas poses sociales en España han acabado convirtiéndose en corrientes sociales? Bastantes, y esta me parece una de ellas.

    En cuanto a la crítica, fijaos en cuántas personas leen las tablitas de las estrellas para saber qué libro leer o qué película ir a ver. Muchísimas. ¿Cuántas personas usan Filmaffinity para guiarse a la hora de ir al cine? Entre mis alumnos, por ejemplo, confesado por ellos, muchos. Pero, quizás por pereza, se miran más estas «orientaciones críticas» que las buenas críticas. Yo también soy realista-pesimista, Jorge. No veo contradicción con mi artículo.

    Por cierto, mi email: helicefer(arroba)gmail.com, que aquí no tenemos costumbre de incluirlo en los textos (otra diferencia con las publicaciones académicas). Si me escribes un privado, Jorge, me cuentas de qué facultad eres, por si estamos cerca en las líneas de investigación sobre literatura, por no aburrir al personal.

    Gracias de nuevo por los mensajes.

  12. Fernando, la mayor parte de los malentendidos proceden de una lectura equivocada o de una explicación mal dada. No sé qué se ha producido en esta ocasión, pero lo que me contestas y atribuyes no concuerda con lo que he expuesto en mis textos. No tiene importancia, porque las diferencias, si no he entendido mal esta vez yo, son de matiz.

    Y para no aburrir al personal, te escribiré a la dirección que me dices, pero dentro de unos días porque ahora estoy de vacaciones.

    Un saludo

  13. Fernando, por ir a lo que parece ser el fondo de la cuestión, ¿haces tú algo por cambiar esa situación de tantos lectores que están «ciegos respecto a lo académico teórico»?

    ¿En qué web tienes colgados tus trabajos académicos teóricos para que esos lectores ciegos puedan conocerlos? En ninguna.

    ¿Qué evidencia tienen esos lectores de que tú mismo no eres un pseudointelectual, de esos tan lastimosos que describes o de otros? Ninguna.

    ¿Qué buena impresión puede causar a un lector ciego el que critiques acerbamente los modos prepotentes, intolerantes, etc. de otros, desde un texto titulado «La envidia de pene…»? Ninguna.

    ¿Y quién puede tomar en serio un texto de un académico en el que, qua académico, habla de tales o cuales personas como «pobrecitos» que escriben «en webs cutres»? Joder, nadie.

    Me pregunto si te atreverías a enviar un artículo a una revista académica en el que dijeras que el profesor Fulanito de la universidad de Patatín es un pobrecito que escribe en webs cutres. Si tú incumples abiertamente las maneras propias del mundo académico cuando escribes fuera de él, ¿qué sentido tiene reprobar que otros hagan lo mismo que tú?

    En fin, que son preguntas retóricas y de lo que se trata es de ver si te provocan alguna reflexión íntima. Un saludo.

  14. A riesgo de meterme en camisa de once varas…

    Me permito comentarte, Pedro, que hay muchas formas de dar a conocer trabajos teóricos además de publicarlos en webs. Por ejemplo, Fernando ha publicado varios de sus trabajos en Hélice, publicación que si no conoces te recomiendo -está enlazada en la barra derecha de esta página-. Debe ser algo conocida, porque este año ganó el premio Ignotus, y la descargan unas 5.000 personas por número.

    El resto de lo que escribes prejuzgas cómo se comporta Fernando en el mundo académico -cosa que nos sabes- e igualas el trabajo de Fernando con el de las personas a las que critica -cosa que tampoco sabes, porque ya has manifestado que no conoces su trabajo porque no está en webs-.

    Por lo demás, puede titular los artículos aquí como crea oportuno, al igual que, por supuesto, tú puedes contestarle como creas oportuno.

  15. Hay una inmensa diferencia entre un trabajo académico y un artículo de opinión (aunque sea la opinión de un académico sobre el fándom), así que no veo el sentido de atacar a alguien en base a un argumento tan endeble.

    En todo caso, confirma mucho de lo que dice en su texto sobre las falacias en las que muchos sustentan (¿sustentamos?) las perlas que se sueltan sobre la relación entre el mundo académico y la literatura fantástica, de ciencia ficción y géneros afines.

    Que conste que a mí el texto en sí me parece bastante duro, incluso injusto en algunas cosas, pero en lo de que el fándom tiene una envidia de pene tremenda con todo lo que no sea el fándom, creo que lo ha clavado…

  16. Julián: Fernando ha hecho el texto que ha querido, título incluido, y, como bien dices, yo también he hecho la respuesta que he querido. La respuesta trata de mostrar que su actitud me parece incongruente con el contenido del texto, y este contrario a la consecución de su deseo.

    Esta impresión puede ser acertada o no; poco me afecta porque no estoy en la fiesta: ni soy teórico o crítico de la literatura, ni soy del fándom, ni me considero un pobrecito que escribe en una web cutre para jalear a los pseudointelectuales que vayan dejando caer el nombre de Frazer sin dar referencias (Frazer concretamente, no p.ej. Eco, Bloom, Steiner,…).

    En cambio, me parece una cuestión de cierta importancia para Fernando, dado que esta es una «neura personal» suya (en sus propias palabras). Al menos, si yo fuera un político del partido X y alguno de sus simpatizantes saliera de mis mítines convencido de que hay que votar contra el partido X, querría enterarme para tenerlo en cuenta de alguna forma.

    Esto dicho, la expresión de Fernando es «ciego respecto a lo académico teórico». La visibilidad de sus artículos en Hélice y otras webs, ¿que relación guarda con la invisibilidad de sus trabajos académicos para esas hordas de lectores ciegos? Ninguna. Pues eso.

    Lectores ciegos existen que han deseado leer los trabajos académicos de Fernando y en varias ocasiones han tenido un rato libre y lo han perdido buscándolos en Google. Esto demuestra movimiento en una dirección; ¿qué movimiento hace Fernando desde la otra dirección? Ah, sí, escribir artículos diciendo lo simpáticos y cojonudos que somos los académicos, que lástima esa terrible envidia de pene que enturbia nuestra relación con algunos lectores ciegos y otros pobrecitos que escriben en webs cutres.

    ¿Que es libre de conducirse así? Claro que sí. Pero también cabe reclamarle que no se olvide de añadir un párrafo a sus «envidias de pene» diciendo: Y, dicho esto, señores, la parte de culpa que tenemos nosotros en esta situación es…

    La desconfianza y el escepticismo ante los «teóricos académicos», no los Ecos y los Blooms sino específicamente los Morenos del mundo, es perfectamente explicable y no tiene nada de misteriosa; no hace falta tener un aparato teórico de desconfianzología para entenderla, ni postular una «envidia de pene» para explicarla.


    En cuanto a Hélice, ojalá algún día haya en este país una revista seria donde se reflexione sobre la literatura especulativa y la descarguen 5000 personas. Lo que tengo claro es que Hélice no tiene ningún parecido con esa hipotética revista.

    Javier: Te tengo perdido hace tiempo, sé que ganaste aquello de los relatos ilustrados y he visto tu relato en el último Artifex; no he tenido tiempo de leerlo todavía pero le he echado un ojo y parece haber bastante progreso desde las cosas tuyas que había visto hace años.

    Lo otro, pues nada, ya nos conocemos de sobra. Ya imaginaba yo que no había de faltar una réplica tuya.

  17. «En cuanto a Hélice, ojalá algún día haya en este país una revista seria donde se reflexione sobre la literatura especulativa y la descarguen 5000 personas. Lo que tengo claro es que Hélice no tiene ningún parecido con esa hipotética revista.»

    Hombre, sin entrar a valorar si
    a) Hélice es seria
    b) Hélice se edita en este país
    c) Hélice es una revista
    d) Hélice reflexiona sobre literatura especulativa

    lo que está claro es que algunos números sobrepasan las 12.000 descargas, y si podemos presumir que varias de ellas (digamos un 50%) son personas, algún parecido con esa hipotética revista sí tiene.

    Sobre el resto de los puntos, yo no dudo que cumple todos por separado (se realiza con seriedad (a), se edita y maqueta en España (b), tiene periodicidad en sus apariciones e ISSN (c) y los artículos y las reseñas tocan temas relacionados con la ciencia ficción, el terror, la fantasía y resto de géneros relacionados con el fantástico (d)), lo que no sé es si al unir los puntos en un mismo párrafo alguno de ellos se invalida.

  18. Un par de apuntes, ya puestos.

    Lo que me ha sorprendido del artículo de Fernando Ángel (y confieso que negativamente, hizo que me costara leerlo) es que, al contrario de lo que he podido leer suyo, me pareció muy poco elaborado, poco trabajado, una cosa en plan «suelto lo primero que se me viene a la cabeza de la primera forma que se me venga a la cabeza». Puedo estar equivocado y a lo mejor no es así ni de lejos, pero es la impresión que me quedó al leerlo y que hizo, como he dicho, que me costara trabajo acabármelo.

    Por lo demás, si bien coincido con el contenido general de sus reflexiones, confieso que me causa perplejidad el mundo académico que describe. De mi, ya lejano, paso por la Universidad española, no es ese tipo de ambiente el que recuerdo, ni de lejos, sino más bien un ambiente de arrogancia intelectual, zancadilleo abundante y politiqueo más abundante todavía.

    Es posible que yo haya tenido muy mala suerte en mi paso por la universidad. O que Fernando la tenga muy buena. O que se den ambas situaciones y que ni lo que yo recuerdo ni lo que Fernando Ángel describe sea la tónica general sino algo más bien en el medio. No lo sé.

  19. Gracias por los comentarios a todos.

    Especialmente a Rudy, pues me sirve tu comentario para aclarar. En el texto, me refiero ante todo de la Teoría de la Literatura y de lo que me he encontrado cuando se ha hablado o escrito sobre las formas de ver la literatura, cuando he dado clases o conferencias o cuando hemos montado un proyecto de investigación. Me he encontrado gratas sorpresas incluso en otros departamentos de literatura y los ataques a la cf me han venido casi siempre de personas que se acercan a la literatura desde otros ámbitos. He terminado por ver que muchos especialistas entienden bien lo que es la literatura y, por tanto, no desprecian tan gratuitamente. También he escrito que he encontrado algunos casos más radicales, intolerantes -está escrito en el artículo-, pero no han sido la mayoría y, hasta hoy, nunca los desafueros de ciertas personas del fándom (recalco: ciertas personas del fándom) a la hora de opinar sobre literatura. Tú, por ejemplo, me has parecido siempre una persona de fácil diálogo, muy abierto, aunque sin pelos en la lengua. Esa es la parte del fándom que me encanta.
    En resumen: no he hablado en ningún momento de la vida cotidiana interna en una universidad.

    En cuanto a la «liviandad» en la redacción del texto, Rudy, te agradezco especialmente esta observación. Está escrito así a propósito y lo quiero comentar ante todo porque Juan Antonio quiso corregir muchas cosas, pero yo no quise que lo hiciera. Lo comento ante todo para que no se relacione la redacción del texto con los editores de Prospectiva, ni para bien ni para mal. Me gusta como está, aún estando de acuerdo contigo en que no lo he trabajado como trabajo los artículos.

    Gracias de nuevo a todos.

  20. Supongo, como dice Rudy, que aquí cada cual explica la feria según cómo le ha ido.

    Mi trato con los «Morenos» del mundo, como poco afortunadamente los califica el Terán de este mundo, ha sido en casi todo momento exquisito. A la frase a completar «Y, dicho esto, señores, la parte de culpa que tenemos nosotros en esta situación es…», por mi parte, sin ser teórico y respondiendo sólo por lo que he visto, podría añadir «ninguna».

    Podemos hablar extensamente de la responsabilidad en la situación de la cf no sólo del fandom, sino de la prensa y revistas -específicamente, los suplementos culturales-, las editoriales y hasta las librerías. Todos ellos tienen una parte alicuota manifiesta, y yo personalmente repartiría esa responsabilidad en un 40% para los medios de comunicación -para el que no lo sepa, soy periodista-, un 30 para las editoriales, un 25 para el fandom -para el que no lo sepa, me considero miembro del fandom- y un 5 para las librerías. Grosso modo.

    Mi experiencia personal, por ejemplo en el congreso de Getafe del año pasado, es que el 90% de los académicos que acudieron y con los que charlé brevemente eran personas amables e interesadas, y por cierto lectoras de Hélice, que les parece una publicación seria y relevante -en cuanto a sus descargas, que son públicas, ya las ha comentado Santi-. Acudieron a un evento organizado por una asociación creada en el fandom, como Xatafi, sin ningún prejuicio y compartieron mesa y mantel con quien se pusiera a tiro.

    En cambio, hubo bastante gente del fandom que no fue porque pensó que sería algo privativo. Lo que puede ser comprensible, pero a estas alturas me parece obsoleto.

  21. Partiendo de que yo no veo la situación de la cf igual que Julián –ni que mucha gente– no comparto su análisis de quien tiene la ‘culpa’.

    Sobre los medios de comunicación… Y dejando claro que estamos hablando de literatura, no de cine ni de series de televisión… Pues yo también soy periodista, y sé que hay una inmensa diferencia entre escribir sobre un tema que te gusta con calma e ilusión en tu blog personal, en un foro, o en una revista, aunque no te paguen, que escribir a toda leche para llenar una columna o un teletipo sobre un tema del que no has oído hablar en tu vida, para lo que sólo cuentas con cinco minutos de búsqueda rápida en Google, y a veces ni eso, y todo con una presión brutal encima (sobre todo ahora). Y entonces sale mal, sí –para eso está Malaprensa, para dejar constancia– pero no tanto como podría. Ni tan a menudo.

    (Me gustaría ver a muchos los que veo atacando a un periodista que no sabe, yo qué sé, quién es Henlein o la definición de «literatura prospectiva», convirtiendo la ignorancia en un tema concreto en la muestra de la idiotez de una profesión que, en realidad, no conocen, haciendo lo mismo que hace un periodista. Y por el mismo sueldo.)

    Así que los medios de comunicación la cagan, sí, pero los medios de comunicación también son las publicidad de las editoriales, sobre todo las grandes, que también tienen gran parte de culpa en presentar –y vender– una imagen de la cifi al gran público. Y a las librerías.

    Por no hablar de los autores. Claro que esto es difícil. En los últimos años, en España deben de haber salido como mucho tres o cuatro escritores nuevos de los que realmente se pueda decir que han publicado libros, consolidado el arranque de una trayectoria y tal, y además de ‘verdadera’ cifi.

    Por lo demás, el fándom apenas tiene eco fuera de sí mismo, así que a la hora de la verdad echarle la culpa de algo es difícil. «Frena y atrapa» sólo a quien se deja frenar y atrapar por él.

  22. Vaya con el comentario de Pedro Terán…
    Fernando Angél y algunas otras personas más publicaron algunos ensayos en una cosa llamada Jabberwork, que por anticuado que parezca esta publicada en papel y no colgada en la red.
    Y cualquiera que se moleste en leer lo que Fernando Angel escribio sabrá que no es lo que comenta.
    Verdaderamente pintoresca la idea :lo que no esta en la red no existe.
    Por otra parte, se da el caso de que conozco de primera mano el mundo académico al que hace referencia Fernando Angel y puedo aseguraros que si acaso se queda corto. El mundo academico es Post-Borges y Post-Cortazar. Nadie despues de borges va a negarle categoria de literatura a nada por ser fantasioso.
    El principal problema ahora mismo es que los academicos tienen una enorme carga de trabajo para estar a la altura de todo lo que se publica en su campo y eso deja poco tiempo libre.
    Por otra parte, fue un teorico de la literatura y no un fandomita – y una autoridad en critica marxista- quien tuvo la idea obvia,evidente y sensata de comparar dos libros que aparecieron casi al mismo tiempo: Dune y La mano izquierda de la oscuridad. Dos libros muy populares, que suceden en desiertos y que tratan de la evolucón humana… ( ¿Te lo leiste ya AGT?)
    Dsiculpad las erratas.

  23. Javier;
    Lo que comentas no es nuevo. Chesterton tiene un articulo muy divertido «la verdad sobre el periodismo» en la que dice que la verdad es que el director suspira aliviado cada dia cuando ve que no se ha atribuido al Papa el descubrimiento del Polo Norte y dice hablando de los temas polemicos «la verdad es que si consigues cabrear lo bastante a tus lectores te enviarán suficiente material para llenar la mitad del siguiente número gratis»

  24. Gracias, Arturo. Estoy de acuerdo contigo. Desde que publiqué la reflexión hasta hoy, me he fijado más y también creo que me he quedado corto.

    Javier, la verdad es que no veo contradicción entre lo que escribe Julián y lo que afirmas tú sobre la prensa; me da la sensación de que tú hablas de algunas de las causas y él de las consecuencias.

    Un abrazo.

  25. Hola, Fernando.
    Es que las cosas como son. Por ejemplo, el mayor fan que yo he conocido de la película «Planeta Prohibido» , alguien que conoce los detalles de la producción al dedillo, es capaz de disfrutar con la pelicula y además analizarla es tu colega ( en el sentido literal del termino) David Felipe Arranz ( Y por cierto David va mucho más allá del fandomita medio porque defiende «El abismo negro»). Si no os conoceis os puedo poner en contacto. Y ahi bastante más gente.
    De hecho, me atrevo a decir que en general la actitud de la gente que proviene del mundo académico es bastante abierta por la influencia de Eco ( a nivel teorico) y Borges ( a nivel práctico).

    Tenemos un academíco de la lengua que fue premio nacional de literatura con una novela donde homenajea explicitamente a Frederick Brown. Si eso no es una actitud abierta…

  26. Nos conocemos, nos conocemos. Mucho. Tiene un artículo sobre la influencia de Shakespeare en Planeta prohibido (que recomiendo ya aquí) y estuve un año en su programa sobre cine de Radio Círculo. Excelente ejemplo de vida dedicada al academicismo y pasión por todas las formas culturales. De ese programa podría citarte varias personas en esa situación, de los cuales seguro que conoces a algunos, todos ellos demostraciones andantes de lo que he escrito.

  27. Mi comentario sobre el periodismo trataba de ser una respuesta a muchas críticas que leo contra los periodistas, en mi opinión muy a la ligera. Vale que no es jugarte la vida en un andamio pero es una profesión bastante más jodida de lo que mucha gente cree, y merce un respeto.

    En el caso concreto de la situación de la ciencia ficción, sí que discrepo en que sean los ‘culpables’ mayoritarios. En lo que se refiere a las opiniones artísticas los medios se comportan más como correas de transmisión que como generadores de juicios, la menos el periodismo netamente informativo. Tendrían más culpa que los críticos de cine, de libros de televisión… y ese es un género de opinión.

    Y respecto a lo que se ve medios audiovisuales… para mí un reportaje de Antena 3 sobre el estreno de Star Wars, lo siento, pero para mí no es una crónica cultural, es una pieza sobre peña disfrazada pasándolo bien y haciendo el chorra sin complejos.

    Vamos, que hay otras causas más profundas y no es plan de matar siempre al mensajero.

  28. ¡Es que Planeta prohibido ES La tempestad!

    De la visión que se tiene del fandom no puedo hablar porque no tengo el placer y no pertenezco a él. Como aficionada a ciertos géneros, filóloga y a punto de licenciarme en Teoría de la literatura yo diría que la impresión que se pueda tener de los académicos tiene que ver con los programas de estudios. Ya están cambiando las cosas (si no tú, Fernando, no podrías dedicar tus clases de Lenguaje Literario a lo fantástico), naturalmente, pero si echamos un vistazo a los programas de las asignaturas el terror, la ciencia ficción, lo maravilloso… son, por el momento, algo anecdótico en las universidades.

    Que no son tan fieros los académicos como los pintan, por supuesto. Pero creo que el problema es los académicos en España, donde llegamos tarde a todo. Y en Teoría de la Literatura todo lo que huele a posmoderno, deconstrucción, etc. parece el mismísimo demonio. Pero ese es otro tema y yo sólo pasaba por aquí.

    ¡Un saludo!

  29. Gracias por tu comentario, Laura.

    El problema, en mi opinión, de que no figure en los planes de estudio se debe más a la falta de especialistas académicos en estos temas que a un verdadero desprecio. Es el mismo motivo por el que todos los planes de estudio de Filología suelen acabar en los años 30 o, como mucho, en los cincuenta y los sesenta. Es mucho más difícil encontrar especialistas y estudios profundos. Por supuesto, dejo aparte que hay pocas asignaturas dedicadas específicamente a temas literarios, géneros, personajes, porque no es la forma habitual de estructurar los planes de estudio literarios, sino por disciplinas, como se hace en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. ¿O acaso ve alguien en el programa de Teoría de la Literatura: «La Nouveau Roman francesa» o «La literatura social»? Sí hay «Sociocrítica» y «Teoría de la narrativa» y, no lo olvidemos, Teoría de los Géneros Literarios». Si la carrera fuera de cuatro años (como estamos intentando), entonces cabrían optativas específicas. Por ejemplo, sin activar por falta de especialista, desde hace más de diez años, está la asignatura sobre la narrativa del ciclo artúrico. Hay asignaturas de ese tipo, pero de siglos pasados y pocas.
    Como comentaban más arriba, los investigadores estamos a día de hoy saturadísimos de trabajo y es imposible abarcar todas las áreas. Pero no creo que nadie se alarmara si se propusiera una asignatura de: «Géneros no realistas». No imagino a nadie que pensara que no debe impartirse, sino que la pregunta en muchos centros sería: «No es mala idea, pero ¿a quién conoces que pueda impartir eso?».

  30. Aunque la parte de santificación de la academia está muy exagerada (los mamoneos existen y son muchos, pero muchos), sí que es verdad que desde un sector del fandom se suele ver a los teóricos de la literatura como popes intransigentes que desprecian los géneros. La realidad, y esto lo sabe cualquiera que haya hecho un par de asignaturas, es todo lo contrario. Profesores como David Viñas han peleado por impartir asignaturas como Teoría de la literatura fantástica; otros como Nora Catelli (por seguir con profesorado de la UB) incluso han trabajado para Minotauro en la época de Argentina, y sus conocimientos de cf clásica harían palidecer a muchos fans; no tienen problemas en aceptar que el trabajo para Creación literaria en la postmodernidad sea sobre Watchmen; y cuando se encuentran con libros citados en un trabajo que no conocían (tipo novelitas pulp de terror de los años 20), se alegran por el descubrimiento e incluso te llegan a dar las gracias.
    Y no, no hay problema en hablar bien o mal de nadie. Tan sólo se piden argumentos. Puedes hablar mal de Proust o bien de Asimov, sólo se exige que razones lo que dices. Y eso debería ser de recibo.

  31. El problema practico es el siguiente: ningún academico que se precie va analizar un texto sin entrar a fondo en su contexto cultural.
    Hagamos la prueba con «Neuromante»: un repaso a la informatica del momento, hay que hablar de cine y en particular de Blade Runner, hay que hablar de la crisis economcica y la creciente exclusión social en los ochenta, hay que hablar del punk ,lo que nos lleva directamente al situacionismo, hay que hablar del Vudu…
    Eso sin entrar siquiera en el propio texto.
    En un ensayo personal lo puedes obviar pero un ensayo academíco bien construido que aspire a hablar dle contexto cultural de una obra tendría que analizarlo.
    Si nos ponemos con el texto en si, que toma elementos del genero negro via Chandler, tendriamos que hablar del otro gran autor de cf incluenciado por Chandler, Heinlein… etc.
    Y esto es una improvisación a vuelapluma sobre un unico texto… Imaginaos un curso.

  32. Por cierto que sobre «Planeta Prohibido» hay algo que me gustaria saber ..
    ¿Os habeis fijado en el pedazo de friki que debia haber en renfe?
    Lo digo porque la hija del cinetifico loco se llama Altaria …

  33. Repito por quincuagésima vez: la reflexión no habla de la vida cotidiana universitaria.

    Respecto al contexto cultural, dependiendo de la disciplina, se entra o no en dicho contexto. Ni el New Criticism ni el formalismo ruso ni la estilística ni los estudios retóricos inventivos dispositivos o elocutivos ni muchas de las corrientes de la teoría de la literatura entran obligatoriamente en el contexto cultural. Esa es una tendencia muy común en la filología historicista, pero no lo más corriente en otras líneas. A mis alumnos, por ejemplo, primero les enseño a analizar cuanto antes lo estrictamente literario -personajes, estructuras, isotopías, catarsis…- antes de entrar en cuestiones culturales, que sería un nivel de análisis ulterior. Los historiadores de la literatura sí lo consideran imprescindible, pues tienden a realizar estudios filológicos multidisciplinares donde lo cultural es imprescindible.

    No me había fijado en lo del Altaria, Arturo. ¡Buenísimo!

  34. la cf es una literatura de encrucijada que bebe, ha bebido, historicamente de fuentes muy diversas. sus textos clave lo han sido por su adaptacion a a la zeitgeist del momento en que ha sido publicados y mucho de su impacto es dificil de valorar sin al menos una noción de estos elementos.

    Independientemente de lo que indicas sobre analisis del texto, una aproximacion a Neuromante o a Forastero en Tierra extraña – que convirtio a Heinlein en guru neo-hippy con gran sorpersa y divertimento del autor- que no tuviera en cuenta estos detalles se me presenta como decididamente incompleta

    Un ejemplo, el otro día comentando la nueva novela de Atxaga me di cuenta de que estaba razonablemente familiarizado con el genocidio belga en el Congo gracias a la introducción de la edición, creo recordar que de Catedra aunque pudo ser la edicón de Peguin. Sin ese dato, la interpretacion de la famosa frase final de Kurtz se me antoja poco menos que incomprensible.
    Lo mismo creo que puede decirse de la mayoria de los textos claves del genero. Nosotros y el comunismo. Un Mundo feliz y los locos años veinte. 1984 y el stalinismo … Quien pone las cartas sobre la mesa es H.G.Wells en La Guerra de los Mundos donde hace explicitos los subtextos sobre derechos de los animales – la primera ley contra la crueldad con los animales es del mismo año que la guerra de los mundos ; me refiero al comentario sobre los conejos – y el colonialismo. Otro ejemplo seria el antes citado Planeta Prohibido que nos presenta una critica nada velada dle militarismo imperante. ( Que Lem retoma en el Invencible). Otro ejemplo sería la nostalgia de la pastoral americana que diria Roth que permea la obra de Bradbury.
    Por otra parte, salvo excepciones, no existe un grado elevado de experimentalismo formal en el genero. La excepcion es Silverbeg, con cuentos como Sundance etc Disch Delany, en otros tiempos hubiera dicho La Leguin pero de un tiempo a esta parte encuentro sus obras como dice Moorcock, periodisticas. Pero son excepciones.
    Un ejemplo seria el excelente cuento de Heinlein Todos vosotros zombies que es extremadamente experimental en el concepto pero no en la forma que a nivel de tecnicas, estrcturas etc, se corrresponde al modelo de la revista Black Mask.
    Volviendo a Forastero en Tierra Extraña, Heinlein explica bastante bien en Grumbles from the Grave que la obra nace de su deseo de elaborar un texto ás amabicioso literariamente de las novelas juveniles para Putman y de como al encontrarse con las puertas cerradas decidio utlizar un modelo de escritura más comercial . A mi por lo menos me dejo bastante sorprendido descubrir a un Heinlein fan nada menos que de Giles Goat-boy ( ¿Concoces a Barth supongo)
    Aun reduciendo el esquema al minimo, para mi la cf es un conjunto de metaforas basadas en la técnologia que han adquirido un status como estilema en base a un pacto continuado entre lectores y autores.
    Lo que quiero decir con todo esto es que para mi la perspectiva historicista es la adecuada en tanto en cuento muchos de estos textos se circunscriben a un dialogo con obras anteriores y con sus lectores. No tiene sentido escribir una novela de la tendencia si esto sigue asi.. si tus lectores no saben a que asunto apuntas.
    Por otro lado la escasez de recursos retoricos entiendo que tiene su raiz en que el modelo anglosajón ha hecho que los autores se hayan curtido en el cuento corto que exige una economia narrativa extrema,. No necesariamente algo negativo desde mi punto de vista.

    Por cierto que digo impacto no influencia, he visto Dejame entrar que tiene una profunda deuda con Fritz Leiber y este es un punto que nadie comenta.

  35. Me viene ahora a la mente, despues de escribir lo anterior, que las obras que utilizan elementos de cf pero se salen de ese elemento de dialogo historicista como David Foster Wallace son precisamente las que no figuran en las historias del genero. P.E: El mundo, el diablo y la carne, que la David Felipe es ferviente defensor.

  36. Estando de acuerdo con todo lo que comentas, me reitero en la idea de que el hecho de que el motivo por el cual El rey Lear puede ser convertido por Kurosawa en Ran o Macbeth en El trono de sangre se deben a las excelentes estructuras internas de la forma interior de ambas obras. Me podrías argüir que ambas comparten contextos culturales semejantes, pero por ahí podría siempre defenderse cualquier obra saliéndonos siempre de lo que la hace mejor o peor: su literariedad. Los cuentos de la cf no son buenos porque pertenezcan a un contexto cultural. Son buenos o malos porque están bien o mal escritos, porque manejan mejor o peor estructuras literarias, elementos literarios, personajes, símbolos…
    Eso me lleva a la persistente idea de que la cf no es experimental. No es cierto. La cf no es experimental dispositiva y elocutivamente, salvo excepciones como las que comentas y a las que podrían añadírseles muchas más: muchísimo de Aldiss o Todos sobre Zanzíbar, La exhibición de atrocidades, Ciberiada o Dhalgren o muchas otras, casi todas de la New Wave. Es una experimentación inventiva. ¿O es que Ballard no es experimental? Existe otro problema con el que lucho a menudo: la idea de que la literatura es sólo elocución y, si acaso, estructuras. Ningún narratólogo estaría de acuerdo con eso. La literatura es un conglomerado de elementos, donde unas veces prevalecen unos y otras veces prevalecen otros, salvo en el caso de Shakespeare, quien domina todos maravillosamente.
    La prueba es evidente: el mismo contexto cultural tienen dos escritores diferentes y uno sale bueno y otro malo.
    Me puedes decir que tienen experiencias vivenciales diferentes, pero ¿cómo llega eso al lector? Sólo por mecanismos retóricos de construcción literaria. El estudio cultural permite conocer el contexto que favorece la aparición de una obra, las circunstancias en que se crea, pero no explica la obra ni por qué un lector se emociona con ella, sin saber nada de ella, incluso dos mil quinientos años después. Estudiar el contexto cultural estudia contexto cultural, no literatura. ¿Es bueno para la literatura? Cualquier estudio es bueno para la literatura siempre y cuando no deje de lado la obra literaria, porque entonces se convierte, como pasa a menudo en Filología Hispánica, en que usas la obra para estudiar Historia, Sociología, Política… y no al contrario.
    Dices que es incompleto un estudio que no mire el contexto histórico. En el caso de Heinlein que citas me parece clarísimo que las referencias hippies pueden confundir la propia obra, que ha trascendido aquello. Respecto a por qué cambia: sí, es la razón por la que busca otras técnicas. ¿Y qué? Muchos autores han hecho eso y no han escrito Forastero en tierra extraña. Eso es el análisis de las causas, no el análisis de la obra. Me recuerda la edición de Cátedra de Largo viaje hacia la noche, Eugene O´Neill: sale un coche en escena y nos cuenta la editora qué coches tenía O’Neill, cuánto tiempo los tuvo, dónde los compró… Pero nada de su importancia en la obra, del motivo por el que aparece, de cómo se convierte en un elemento semiótico en el que apoyar cierto conflicto…
    La frase de Kurtz me parece un magnífico ejemplo: ha trascendido su contexto cultural; ha dado Apocalypse now! por su trascendencia. No podemos escribir un tratado histórico por cada obra que leamos ni los autores incluyen un manual histórico para entender la obra ni nos sirve de nada si luego no analizamos la obra. Saber lo del Congo me añade una lectura más a la obra, pero no prioritaria.
    Creo que si te refieres a eso, estaría de acuerdo contigo. Lo dicho, no niego que enriquezca, pero sí que sea imprescindible.
    Me encantó La opera flotante, por cierto, una de esas recomendaciones de Julián que aún no le agradecido lo suficiente. Te referías a ese John Barth, ¿no?

  37. A ese Barth exactamente. Heinlein era fan. Por supuesto que hay muchas más muestras de experimentalismo que las que he citado pero no constituyen el paradigma del genero.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo que lo que hay en el texto es lo que hay y si el texto funciona es en si mismo no gracias al contexto pero la referencia a Heinlein era en el sentido de que hasta un autor popular, con un historial de ventas solido y consolidado, procedente de la cf tuvo problemas a la hora de publicar una novela con tematica y tecnicas más complejas fuera dle genero y por eso decidio volcarlas dentro del genero que conocia y dominaba.
    Voilviendo a «Todos vosotros zombies» la premisa que no desvelaré es digna de Ionesco pero se envuelve es una forma que es familiar. Pero esto es utilizado con mucha astucia por Heinlein para multiplicar el efecto de la catarsis final. Lo que es más mientras tanto ha ido creando en el lector unas expectativas que no se corresponden con la verdadera tematica del cuento pero que leidas a posteriori encajan a la perfeccion.
    Lo que sucede tambien es el contexto en que se leen las obras. Harlan Ellison tenido por enfant terrible del experimentalismo formal no tiene problemas en escibir que escribe realismo magico y como tal es aceptado fuera del genero. En ese sentido si que me parece fundamental comentar el contexto cultural proque se da el caso de que los escritores de genero suelen ser más leidos que muchos aficionados. Mi ejemplo favorito es que Stephen king cita como su libro favorito de terror …»El señor de las moscas»

  38. El ejemplo de Kurtz.
    Si no sabemos lo que hacia Belgica en el Congo parece la historia de una persona que ha enloquecido por la soledad y no una demolición de las pretensioens civilizadoras europeas.
    Por eso Coppola tiene buen cuidado de que previamente sepamos cual es el horror que enloquece a su propio Kurtz.
    De acuerdo que es una lectura posible pero no creo que sea la mejor posible.

  39. Pues en ese caso, estamos bastante de acuerdo, entonces, en todo. A mí me gusta la idea de que Kurtz se vuelve loco no tanto por la soledad como por el horror que ha presenciado; aunque te reconozco que es una lectura muy influida por la película de Coppola. Aunque leí antes la novela y me encantó, me impactó tanto la película que no sé si sería capaz de, por ejemplo, escribir una crítica de la novela en frío, sin la peli en mente.
    Respecto a lo que esperamos encontrar en un género y cómo eso cambia la obra, me encanta todo lo que se ha escrito y pensar lo que aún queda por escribir. Hay una charla que suelo dar sobre el tema, sobre un cuento de Bradbury. A ver si la adapto para Hélice o para Prospectiva, porque ocurren fenómenos muy graciosos con ese cuento en particular, pero se basa, más o menos, en que la interpretación cambia según el género que pongamos en portada.

  40. ¿Te refieres a lo que comentaba Borges en «Borges Oral» sobre como leer el Quijote como un policiaco? Hmmm… ¿porqué no se quiere acordar el narrador del nombre de ese pueblo de la Mancha?etc..
    Por cierto que para mi el mejor cuento de Bradbury- el que trata del dibujo de picasso en la arena- no es cf.

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