La máquina para viajar al futuro dos semanas de Mad Doctor se vende admirablemente bien justo antes de Navidades.
Mad Doctor encuentra placer en las cosas pequeñas. Por ejemplo, el agujero negro de bolsillo con el que amenaza con destruir Londres.
Lee Harvey Oswald nunca pudo contar lo que Mad Doctor le dijo la noche del 21 al 22 de noviembre de 1963.
Mad Doctor nunca sufre jet lag. Lleva 19 años sin dormir.
Mad Doctor ha construido una máquina capaz de doblar el continuo espacio-tiempo. Lleva tiempo muy interesado en el origami.
Mad Doctor sabe que el alunizaje del Apolo XI realmente se produjo. El montaje fue su retorno.
M.C. Escher no murió. Fue abducido por Mad Doctor para que diseñara su Mansión Más Allá del Tiempo y el Espacio.
Mad Doctor siempre pierde al ajedrez con su yo del universo paralelo 131. Cree que tiene que ver con el colapso de EEUU en ese mundo.
Mad Doctor querría tener un heredero que lo vengue cuando finalmente acaben con él. Por ahora se conforma con diseñar una cuna atómica.
Mad Doctor no soporta las visitas de su madre. Siempre insiste en limpiar el acuario de los tiburones y ordenar las ojivas nucleares.
Mad Doctor quería invadir Libia, pero se le adelantaron. Ahora planea atacar Grecia, antes de que sea demasiado tarde.
Mad Doctor apunta su rayo de la muerte a Santander. París tiene más glamour, pero la hipoteca de su bases en el volcán es demasiado alta.
José Ramón Vázquez en Twitter: http://twitter.com/#!/joserravazquez