por Luis Besa
Bueno, pues mejor no podía ser el contacto de este servidor con los terbinianos, con Bilbao y con la lluvia. Pero como las otoñales jornadas de la Terbi dieron bastante de sí, empiezo con…
Y es que el hombre andaba misterioso últimamente. Se rumoreaba un nuevo proyecto de campanillos. A toro pasado, que la presentación fuera el 5 de noviembre y que simultáneamente en Buenos Aires, Luis Pestarini hiciera lo propio, ya era una pista gorda. Y la verdad, que este par se propongan (con la ayuda de Manuel de los Reyes y Sportula volarán el Parlamento disfrazados Fawkes), con una antología PAGAR a los autores (sí, han leído bien, de pacare-pacaren, de soltar dinerito) creo yo se merece abrir estas crónicas.
Estamos hablando del proyecto Terra Nova, una antología de la ciencia ficción contemporánea, que Fawkes mediante verá la luz en abril 2012.
Pero vayamos al núcleo. ¿Por qué pagar cuando hoy es la gente la que paga por publicar sus bodrios y pestiños? Pues por eso, porque tanto bodrio está matando el relato y se impone primar la calidad sobre la verborrea y el compadreo. Ahora bien, que los familiares de los citados no se apresuren a incapacitarles judicialmente. La cosa tiene su estructura financiera y se pretende darle vida por suscripción. Un precio ventajoso para los cien o doscientos que contribuyan a viabilizar la movida y, para el resto que llegue tarde, tirada a demanda.
Segunda matización, en Terra Nova no entrará cualquier mutada. Se buscan relatos que reflexionen sobre el futuro, que aporten un plus especulativo en un intento por retomar la influencia social que en su día pudo tener la ciencia ficción, vestida de prospectiva. Relatos reflexivos, comerciales o no, que ayuden a entender la que nos espera, pobres sapiens del siglo XXI.
Y esto es lo que presentó sobriamente Mariano Villareal un cinco de noviembre en Bilbao: Una antología con garantías de seriedad. Más información aquí.
Previamente, Ricardo Manzanaro, presidente de la TerBi y el hombre que pone cabeza, pasó –sobriamente también- revista a las veleidades cienciaficcioneras de autores clásicos. Hablamos del “Mecanópolis” de Unamuno, y del “Sueño de un Hombre Ridículo” de Dostoievsky, unos paleofanzines de las Bronte, y los relatos seudocientíficos de Ramón y Cajal, entre otros.
A Juan José Aroz, legendario editor de Espiral, se le ve ilusionado con su apuesta para 2011 y 2012: Crónicas del Aleph. Se trata del debut de Martín Gastón, un chileno afincado en París que un día se presentó a la editora bilbaína con un original de 800 páginas. Para mí Aroz es garantía de calidad. Que además se decida por primera vez a editar una obra en dos volúmenes y cuya segunda entrega se programe para coincidir con el numero 50 de Espiral Ciencia Ficción creo que es aval sobrado. El primer volumen empieza así:
Alek despierta de su largo trance, aturdido por el exceso de información. Su consciencia es invadida por las memorias de un futuro condenado. Este cuerpo le es ajeno y su ego es desgarrado por infinitas identidades esparcidas en todos los universos posibles.
Pinta bien.
Hevenday y el que suscribe
Aunque la TerBi responde a Tertulia Fantástica de Bilbao, la impresión que me llevé fue que está dominada por aficionados a la ciencia ficción. Lo mismo debió pensar María Belén Fernández, impulsora de Hevenday, la relativamente reciente Asociación Alavesa para la Promoción de la Literatura Fantástica y el Cine Fantástico y de Terror. Que un tanto tímida empezó justificándose por practicar el fantasy… como si fuera de la Real Sociedad dispuesta a llevarse los puntos del San Mamés. No tenía porqué, la verdad. María Belén va por su tercera edición de La leyenda de Aranday y junto a sus socios, Raúl M. Gilete y Unai García, en consorcio con la productora Miedoso Films, ha puesto en marcha un más que interesante proyecto de book-trailers y cortos de fantasía, amén de novelas. María Belén y Unai García (autor de Hévelis) presentaron a sus vecinos vizcaínos su asociación y someramente sus respectivas obras.
Menos somero fui yo, el que suscribe, autor de Ínsula Avataria, y libro del que hablé y hablé hasta que Ricardo Manzanaro me dio el preceptivo toque. Bueno, la verdad es que lejos de acabar con mis huesos en la ría, lo pasamos bien y me volví, no ya de vacío al pueblo, sino con una lista de encargos. Que tengo bien presente, no crean, tendrán noticias mías…
Diego Valor
Terminó la jornada a lo grande con una frikada de Angel Rodríguez sobre Diego Valor, el vademécum anti Flash Gordon ideado en tiempos de Franco para cristianizar la ciencia ficción y darle un marchamo imperial. Flipante historia que busca un guionista. Imaginen, un general de infantería que escribe radionovelas galantes, toda una galería de pulperos a duro al servicio de un héroe patrio que, literalmente, conmocionó a una generación de españoles. “Ingenieros” de estudio imitando el sonido del láser con un pito de agua… Supongo que los fandomitas sabrán la historia. Yo tenía vagas referencias de mi padre (cuando me dijo: “¿así que tu novela es de ciencia ficción, eh? ¿Sin duda conocerás a Diego Valor?”… bochornoso silencio del primogénito) más alguna cosa leída por allí posteriormente, pero estoy seguro que Rodríguez no exagera ni un pelo cuando afirma que la ciencia ficción eclosionó en España con las radionovelas de esta adaptación del comic inglés Dan Dare. El serial lo emitió la Ser del 53 al 58, para posteriormente dar paso al cómic.
Lamentablemente, nada queda de la radionovela y hoy toca conformarse con los tebeos de media rubia para conocer los avatares de este valeroso oficial de las fuerzas aeroespaciales españolas, que con sus ayudantes Laffite y Portolés, y el apoyo de su novia Beatriz (apoyo de índole científica, que para lo otro el pobre Valor me da que se pasaba las travesías con el cinco contra uno), plantaban cara al diabólico Sandor y el no menos alevoso Mekong (ojo con el nombre). Patriotismo y coraje.
Terbinianos
Personalmente debo decir que disfruté de lo lindo en Bilbao. Para empezar, me gusta tirar de coche y cruzar la meseta. A veces el ambiente que encuentras al llegar es algo cerrado y, bueno, sientes como que sobras. No es así en la TerBi. No señor. Y eso que llegué un tanto tarde a la cita en la cafetería Aroaldi el viernes… Resulta que llovía a la manera de la Biblia, resulta que la cafetería está junto a un salón de té (conceptos parejos, al menos en mi pueblo)… Resulta que en el salón de té había una reunión de unos veinte tíos. Resulta que me dije: deben ser de la TerBi. Resulta que los del salón de té no bajaban de setenta. Hombre, estaba advertido de que la TerBi es una tertulia de solera… ¡pero tanta!… Me extrañó y antes de meterla hasta el corvejón me di una vuelta y justo, la cafetería: la TerBi y sus realmente fantásticos terbinianos dentro.
Tras presentarme a Ricardo Manzanaro, conocí a Lola Coll, bibliotecaria de la Tercera Fundación, a Juan José Aroz, a César Higuero, al multipremiado José Luis González, por no hablarles del “correoso” periodista Luis Alfonso Gámez, azote del maguferio (adjunto un vídeo y una hilarante declaración de guerra contra su persona recientemente desatada por los reptilianos, advierto que lo de los 200.000 euros es aproximado). Hablé con Unai de Alt 64 y Alex de Hercólubus (digo que hablé con ellos del planeta que se acerca, no que Alex sea de allí); del enemigo de Houdini Joaquín María de Argamasilla de la Cerda y Elio (amén de ser el único español con rayos X, o tal vez por ello, director general de cine con Franco); del lío que se trae cierto autor guiri adicto a las portadas impactantes con cierta fandomita. De crónicas del Aleph, de urbanismo y quesos… Conocí a Juan Mora y su “moroneta”, flipante hito en el marketing guerrillero al que nos vemos abocados los pobrecitos autores… En fin… memorable. Y podría seguir, que material me sobra, como el descacharrante intento por meternos un montón de gente en el templo de moda de la cocina japonesa, el Shibu Bilbo (en la puerta, guardando cola, estaba alguien así como el hermano mega-pijo de Boris Izaguirre, y mi cartera se puso a llorar). Más copas, más lluvia y alerta roja por inundaciones. De lo fácil que es encontrar un bar en el casco viejo y lo difícil que es acertar con tu pensión… Lo dejo para no cansar.
Por la mañana, y tras otra serie de aventuras con el Kia, la lluvia, el Nervión y sus dos mil o tres mil puentes, terminé de puro milagro en La Bolsa casi puntual, incomparable marco de la jornada (y donde por primera vez en mi vida vi a un tío secando los zapatos en el secador de manos del servicio). Tras las jornadas, nueva comida de hermandad. Más risas y jaleo, más caña contra el maguferio y primer contacto con los sursum corda de Prospectiva, Mariano e Ignacio Illarregui, de los que puedo dar fe de su existencia corpórea (hasta la fecha, limitada a correos). En rigor, con Ignacio guardamos un vago recuerdo de un encuentro en 2007 en las añoradas jornadas de Valdeavellano. Poner caras a los nicks mola.
Me perdí la presentación de Cotrina en Vitoria; inmunes al aguacero y consumido el café, no fueron pocos los terbinianos que trincaron sus lanzaderas prestos a seguir la juerga a La sombra de la luna, en la librería Ronin, donde el vitoriano presentaba su nueva novela. Visto lo visto, pésame un huevo rajarme, pero me acojonó el aguacero y los 400 km que me separaban de casa (esto me pasa por no ser del mismo Bilbao y por haberme quitado de la coca en una mala pensada). Me queda, eso sí, Van Morrison y el Kia. 400 km por delante, con el parabrisas escupiendo agua y más agua. Como dice Kevafis, “que el camino sea largo y lleno de conocimientos”…
Nota pedante: Adolfo Álvarez-Buylla, dibujante del cómic de Diego Valor, hizo muchos años más tarde una parodia del personaje llamada Yago Veloz.
Hola, Rudy
Ángel comentó esa parodia y alguna otra en una conferencia muy elaborada e interesante, nada friki a mi juicio (al menos, el valor histórico del personaje me parece incuestionable). Merece la pena verla cuando se cuelgue el vídeo en el canal Youtube de la Terbi.
Respecto al evento en general, y mi presentación en particular, muchas gracias por tus palabras, Luis. Ya tardas en enviarnos un relato a evaluación (si te apetece, claro) :-)