Ciudad sin estrellas, de Montse de Paz

A lo largo de su (corta) trayectoria, el Premio Minotauro se ha caracterizado por la preponderancia del género fantástico en sus novelas ganadoras. Máscaras de matar, Los sicarios del cielo, Señores del Olimpo, Gothika, El libro de Nobac y El Templo de la Luna, los seis primeros premios fueron novelas en las que la ciencia ficción no tenía relevancia. Se llegó a decir que la ciencia ficción no interesaba y que no se publicaba porque era un riesgo ya que no vendía. Sin embargo, y al parecer invirtiendo la tendencia, los dos últimos años el premio se ha decantado por sendas novelas claramente pertenecientes al género que nos ocupa. Victor Conde con Crónicas del Multiverso y Montse de Paz con Ciudad sin estrellas se han alzado con el galardón. El primero de ellos es una pura space opera, subgénero en el que Conde se muestra fluido, mientras que De Paz encuadra su obra dentro del género distópico futurista.

Resumiendo mucho el argumento de la novela, se podría decir que al albur de las aventuras de un joven rebelde, Perseo Stone, lo que percibimos es una sociedad muy restrictiva y acomodaticia. Ziénaga es una ciudad, dentro de una cúpula que la mantiene alejada de su entorno, en la que todo, o casi todo, trascurre de manera muy estructurada. La “clase media” vive plácidamente en una relativa calma mientras que las clases bajas son poco menos que bandas de salvajes al estilo de las distopías cinematográficas más conocidas –Mad Max por ejemplo-. Stone intentará buscar algo diferente saliendo al exterior de la cúpula.

De Paz centra su discurso narrativo en el descontento, en la rebelión ante el poder establecido y en una sociedad lúdica sin apenas ética. Los descontentos, los indignados, los que predican un retorno a formas más primitivas de vida, denominados “misticoides”, sufren el acoso de una autoridad que los procesa e interna en centros psiquiátricos. En esta sociedad autárquica y represiva Stone se convierte en el héroe mesiánico que intenta modificar el sistema. ¿Puede un solo hombre modificar todo un destino social? Eso parece indicarnos la autora que apuesta por la rebeldía de su personaje en el intento de mejorar su entorno, empezando por su familia que incluye un padre déspota y obnubilado por la propaganda televisiva y una madre que fue detenida por ser “misticoide”. Un terrible y traumático pasado que ha predeterminado el carácter de Stone, obligado a enfrentarse a sus propios miedos y a sus demonios particulares para resurgir renacido.

La referencia más cercana que se puede rastrear es, sin duda, la película Logan´s Run, La fuga de Logan, dirigida por Michael Anderson en 1976. Como en este film, el héroe inicia un viaje iniciático que lo llevará a descubrir que se puede vivir de otra manera muy diferente a la oficial. Pero también se encuentra en ella el espíritu de Lágrimas de luz. Las reuniones entre amigos que forman un grupo muy unido, el repudio del sistema -en el que vive bien al igual que Hamlet Evans- y, en definitiva, la rebelión contra el orden constituido, son lugares comunes a ambos textos.

Ciudad sin estrellas es, en esencia, una novela de aventuras con toques de ciencia ficción “muy clásica”, escrita con fluidez y que no aburre al lector. Pienso que la concesión del premio Minotauro es muy posible que esté orientada a la captación de lectores juveniles; reúne todos los requisitos para este tipo de públicos. No es novela juvenil “per se” pero es un interesante modelo para este público