Luis Pestarini trabaja como bibliotecólogo en la Biblioteca del Congreso de la República Argentina, además de ser asesor del director de la Biblioteca Nacional. Desde 1984 es editor de la revista Cuásar, la más longeva publicación en activo en lengua castellana dedicada a la ciencia ficción, la fantasía y el terror. También es director y promotor de la editorial Ediciones Cuásar, que hasta el momento ha publicado 5 libros de Greg Egan, Algis Budrys, Thomas Burnett Swann, Ian R. MacLeod y Paula Ruggeri.
Recientemente has publicado un número especial de Cuásar con motivo de su cincuenta aniversario. Un número doble y a mi juicio extraordinario, que incluye trece relatos ganadores y finalistas de los últimos premios Hugo, Nebula, Locus, British Science Fiction, Avalon… que supone, de hecho, una de las mejores antologías con material contemporáneo publicadas en mucho tiempo. ¿Puedes contarnos cómo fue la gestación de este número tan especial y lo satisfecho que te sientes del resultado final? ¿Podemos esperar un número así el año próximo?
Me alegra que lo hayas disfrutado. La verdad es que la preparación de este número no tiene muchos secretos. Hace un par de años comenzamos a trabajar en él, primero seleccionando algunos relatos sobresalientes de autores argentinos de las nuevas generaciones, luego invitando a autores consagrados (Gardini, Gandolfo, Capanna, por ejemplo). Finalmente, en la última etapa, reparamos en los autores anglosajones. Siempre trabajo con las traducciones a último momento, es una costumbre que viene de cuando la publicación de relatos en revistas y antologías era abundante y, en más de una ocasión, con el cuento ya traducido y listo para publicar, aparecía primero en otro medio.
Creo que el resultado final es bastante satisfactorio. Hay abundante ficción, y me parece que está muy equilibrada la ciencia ficción, la fantasía y el terror. Y no exagero si digo que estoy auténticamente orgulloso de haber podido publicar este número doble, varios de estos cuentos dejarán marcas en los lectores. En cuanto a repetir la experiencia de un número doble, por el momento no está en los planes. Sí tenemos el nuevo formato de 100 páginas que permite publicar relatos bastante largos, y creo que el número 52 no va a defraudar.
Cuásar ha aunado siempre producción autóctona con los mejores talentos foráneos. Salvo Nueva Dimensión, Más Allá o las sucesivas encarnaciones de Asimov, ninguna otra publicación en castellano puede ofrecer un catálogo tan completo, pese a ser una publicación estrictamente no comercial. ¿Cómo consigues el material? ¿Seleccionas de antemano aquello que te gustaría publicar antes de solicitarlo expresamente? ¿Cómo es tu relación con los autores publicados?
El proceso de selección en sí es sencillo en cuanto a los pasos, pero intenso en cuanto a la tarea de lectura. Por un lado, obviamente, estoy leyendo relatos todo el tiempo, ya sea los que nos mandan directamente los autores, así como los que aparecen en inglés en revistas, antologías e Internet, hoy una fuente para nada despreciable. Una vez que un relato supera nuestros estándares de publicación nos ponemos es contacto con el autor. Si el relato nos lo enviaron para evaluar su publicación, el contacto es sencillo y no hay mucho que explicar sobre las condiciones de publicación, pero con los cuentos traducidos la cuestión es un poco más compleja: hay que tomar contacto con el autor o sus herederos (a veces es un trabajo detectivesco ubicarlos), y solicitar la autorización explicando las condiciones. Casi siempre hemos tenido respuestas positivas, pocas veces no nos han contestado y nunca nos han dado una negativa.
Ahora bien, lo más difícil de explicar son los criterios por los cuales selecciono un relato. Básicamente son gustos personales, pero cimentados en ciertos criterios. A mí me interesa una narrativa que trabaje con ideas especulativas sin descuidar nunca el estilo. Supongo que no es casual que hayamos publicado por primera vez en español a autores como Ted Chiang o Greg Egan.
En cuanto a la relación con los autores publicados: algunos de los argentinos son amigos personales de hace muchos años, otros ni siquiera los conozco personalmente, y con los anglosajones suelo no mantener mucha relación una vez publicado el cuento, aunque con algunos me continúo escribiendo con cierta frecuencia.
En tu revista das cabida a todo tipo de géneros, aunque se aprecia una especial querencia por la literatura de ciencia ficción. ¿Crees que es comparable la calidad literaria de la ciencia ficción en castellano (argentina, española, mexicana…) con la anglosajona? ¿Qué títulos en español destacarías de los últimos tiempos? ¿Cómo ves la salud general del género?
Se puede leer mucha mala literatura de ciencia ficción en español, pero si uno viene siguiendo las revistas y medios anglosajones va a encontrar que allí también hay mucha mala literatura de género. Tal vez el estándar mínimo sea un poco más alto porque allá está profesionalizada, pero en español tenemos excelentes autores, la literatura de ciencia ficción en español no ha dejado de progresar. De todos modos, me parece un poco forzado meter a la literatura hispanoamericana de género en una misma bolsa, las literaturas nacionales tienen fuertes rasgos propios. Por ejemplo, algunas de las principales novelas de ciencia ficción argentinas aparecieron antes de que la ciencia ficción estuviera categorizada como género, como La invención de Morel, de Bioy Casares, un proceso bastante singular. En cuanto a libros y autores destacados, de Argentina un nombre inevitable es el de Carlos Gardini, con una obra coherente y muy sólida, que no ha trascendido las fronteras del género por la miopía de la crítica. Y de las últimas novelas de otros autores, una que se publicó recientemente en España: El año del desierto, de Pedro Mairal, una novela magistral de ciencia ficción que también está escrita desde fuera del género. De los autores españoles, Aguilera me parece que tiene una gran inventiva y pulso narrativo, como demuestra en La locura de Dios y Mundos y demonios. También tienen muy buenos libros Rodolfo Martínez, Rafael Marín y Vaquerizo. Aunque ya tiene algunos años, creo que El círculo de Jericó, de César Mallorquí, es de la mejor ciencia ficción que se haya escrito, sin distinción de idioma.
En Cuásar encontramos espacio para el ensayo y la crítica seria; además, cada número se completa con abundantes reseñas de libros y notas eruditas. ¿Cuál es tu opinión acerca del estado actual de la crítica especializada en ciencia ficción? ¿Observas diferencias respecto al pasado reciente, en grado de interés, formación académica, número de lectores? ¿Destacarías algún estudio?
Una de las cosas que ha avanzado enormemente en los últimos tiempos es el nivel de la crítica de ciencia ficción. Durante muchos años prácticamente la única crítica solvente se limitaba a los escritos de Pablo Capanna. Si uno toma las viejas Nueva Dimensión, casi toda la crítica literaria que aparecía en sus páginas era netamente de aficionados. Pero la ciencia ficción ya hace un tiempo que atrajo la atención de la academia, aunque a veces es tratada como un objeto inanimado. Leo con atención los escritos de Fernando Ángel Moreno y me parece que fueron iniciativas muy positivas (y ojalá resuciten) la revista electrónica Hélice y las antologías Jabberwock. Fijaron un piso en la calidad de los ensayos muy respetable.
Un apunte retrospectivo: ¿cómo, por quienes y por qué surgió Cuásar en aquel ya lejano 1984? ¿Crees que existen puntos en común entre Cuásar y otras publicaciones coetáneas argentinas (la segunda época de la revista Minotauro en abril de 1983, El Péndulo en 1979, o Sinergia) y la española Nueva Dimensión (diciembre de 1968), nacidas todas en los estertores de una dictadura militar agonizante y en un contexto sociocultural caracterizado por la efervescencia creativa, los deseos de mayor libertad, de trabajar en medios independientes?
Hay dos contextos relacionados que permitieron la aparición de Cuásar: la apertura democrática después de años de represión, secuestros y desapariciones, y el surgimiento del Círculo Argentino de Ciencia Ficción y Fantasía, que brindó un espacio creativo para escritores, editores, críticos y lectores. Hacia agosto de 1983 junto con mi novia de entonces, luego mi primera esposa, Mónica Nicastro, comenzamos a trabajar en la revista. Queríamos hacer una revista de ciencia ficción con una mirada desde la literatura, y que incluyera ensayos y críticas rigurosas, donde no primera la mirada del aficionado. Y también queríamos presentar la literatura anglosajona que se estaba escribiendo en el momento, que vivía un momento muy dinámico y rico. Así en las páginas de Cuásar aparecieron por primera vez en español Gibson, Sterling, Willis, Swanwick, Butler, autores que estaban comenzando sus carreras. El primer número apareció un mes después del regreso de la democracia, Cuásar fue la primera revista en aparecer bajo esta situación. Era enero de 1984, yo tenía 21 años. Hoy, después de 27 años, me produce una extraña sensación pensar en aquellos primeros tiempos. Nunca pensamos que la revista se extendería durante tanto tiempo. A lo largo de estos años hemos publicado muchos textos realmente impactantes, estoy muy satisfecho de haber tenido este privilegio.
Nueva Dimensión fue una revista a la que prestamos mucha atención, para lo mejor y lo peor, especialmente los números a partir del 110 que se habían distribuido desprolijamente en Buenos Aires después de muchos años sin tener noticias. De hecho, con los años Cuásar asumió un formato de contenidos similar a aquellos números de ND: primero los cuentos, concluyendo con un relato extenso, luego la crítica y por último las noticias. Marcó fuertemente a todas las revistas no comerciales de la época, como Sinergia, Nuevomundo y Vórtice, pero creo que no pesó mucho en las revistas de Marcial Souto, El Péndulo y Minotauro.
En la web homónima se publican contenidos inéditos junto a otros recuperados de la edición impresa. ¿Cuáles son los objetivos de este canal?
Tenemos dos web, una para la revista, que nació en 2002, y otra de la editorial. La primera nació con un objetivo doble: difundir algunos contenidos de la revista para darla a conocer y también como una forma de ingreso a la ciencia ficción, pues incluye muchas guías de lectura y artículos no tan especializados. Lamentablemente no tengo mucho tiempo para dedicarle y la actualizo esporádicamente, aunque tiene muchos contenidos subidos a lo largo de los años, todos con vigencia, incluyendo algún cuento ganador del World Fantasy Award en su única versión al español.
Por último, ¿puedes comentarnos qué planes tienes para el futuro inmediato? ¿Recuperará Cuásar su periodicidad trimestral retornando a las 56 páginas? Dada su modesta distribución en España, ¿puedes indicar qué otras vías caben al interesado para adquirir la revista?
Para el futuro inmediato tenemos la edición 52 de la revista, que va a mantener el formato del número doble 50/51, pero con la mitad de páginas, o sea 100. La periodicidad es insondable: como la revista se hace a pulmón, sin objetivos comerciales, se publica cuando se puede. Pero, además, hay una circunstancia no menor: sostener la calidad del contenido con una periodicidad trimestral es muy difícil, entonces preferimos 2 ó 3 números al año manteniendo el nivel. El número 52 está muy avanzado y contiene, entre otras cosas, “La isla”, de Peter Watts, un relato extraordinario que ganó el Hugo el año pasado, y un dossier sobre el terror moderno, con otro gran cuento, “El bosque”, de Laird Barron, entre otras cosas.
En España la revista llega a las librerías Miraguano en Madrid y Gigamesh en Barcelona. Pero también se puede adquirir directamente y pagar mediante Paypal a través de una tarjeta de crédito. El número doble está a 14 € y la suscripción por cuatro ediciones suma 28 €, envío incluido en ambos casos.
Gracias por la referencia y enhorabuena por tu longevo y productivo trabajo.
Una interesantísima entrevista, desde luego.
Cuasar 50/51 es en verdad «de antología». Los cuentos tienen un nivel muy alto y hay temática para todos los gustos. Habrá que estar atentos en los Ignotus de este año que seguro tiene un lugar.