por Enric Quílez
Viendo la que está cayendo en el mundo árabe, especialmente en el Magreb y en la península arábiga, no puedo dejar de pensar en el Dune de Frank Herbert. De hecho, es evidente que Herbert se inspiró en el mundo árabe para crear su mundo imaginario de Arrakis, pero algunas similitudes merece la pena recalcarlas.
Es evidente que la especia melange representaba el petróleo, así como la CHOAM era la OPEP. El propio Herbert así lo reconocía. Los pueblos árabes («los Fremen»), reprimidos por sus dictadores, al servicio de los intereses mundiales, que no ya sólo occidentales, para asegurar que el petróleo fluya («la especie debe fluir»), se han revelado contra sus esclavizadores y el precio del crudo se ha disparado. Eso sí, parece que no hay Muad’dibs ni Stilgars a la vista. Es algo mucho más popular, anárquico y descabezado. Son básicamente los jóvenes quienes, a falta de un futuro claro y esperanzador, se han alzado contra los dictadores y han pedido sus cabezas.
Y las potencias occidentales se lo miran con preocupación, mientras la revolución se extiende por el desierto como la pólvora. Ciertamente, las similitudes son muchas. Incluso el Emperador Gadaffi lanza sus Sardaukar contra la población indefensa («Hablo de un completo genocidio en Arrakis»), mientras las potencias occidentales lanzan sus Tomahawks («gusanos de arena») contra las defensas imperiales. Por suerte, no han utilizado las «atómicas».
Está visto que los pueblos árabes prefieren Atreides simpáticos y democráticos antes que Harkonnen malcarados y dictatoriales y están dispuestos a morir en el intento si es necesario para conseguirlo.
Debo admitir que las revueltas árabes me inspiran más cosas que el mundo de Dune. También me recuerdan las escenas finales de la película Stargate, cuando el pueblo humano que ha esclavizado el malo («Ra») se revela contra su tirano, mientras éste los va bombardeando con sus cazas. Las similitudes con lo que está sucediendo en Libia son estremecedoras. Nuevamente, será la intervención de un arma nuclear lo que hará posible deshacerse definitivamente del tirano. Espero que esta insistencia con las bombas atómicas no sea premonitorio, que ya bastante tenemos con lo que nos está lloviendo desde el Japón.