En cierto modo, las librerías online no tienen mucho de novedoso. Utilizan tecnología moderna, cierto es, pero su funcionamiento no se diferencia gran cosa del de una librería tradicional que venda por correo, por ejemplo.
¿Hay alternativas? Dicho de otro modo, si tenemos listo nuestro ebook, aparte de intentar venderlo nosotros mismos, ¿tenemos más opciones aparte de ponernos en contacto con una librería (o un distribuidor, como Todoebook) y que ellos lo vendan a cambio de un porcentaje?
En realidad, sí, existen otros medios.
Medios que, además, solucionan la duda que planteábamos en la entrega anterior sobre si ponerle a nuestro libro electrónico algún sistema anti copia o no. De hecho, convierten esa idea en algo irrelevante.
Supongamos el siguiente caso:
Tienes tu —digamos— novela.
Informas a los lectores de que esperas recaudar con ella unos 1000 euros, pongamos por caso. Y que quieres que te financien. Es decir, que aceptas donaciones. Las aceptas, además, en distintas modalidades; en tramos de cantidades, tal vez, de forma que a los que donen en 1 y 10 euros les envías una foto dedicada; a los que donen en 11 y 20, la foto dedicada y un ejemplar dedicado del libro; a los que donen entre 21 y 30, los haces aparecer en los agradecimientos de la novela; a los que… bueno, creo que lo vais pillando. Digamos que les ofreces, aparte del libro en sí, un pequeño extra por su ayuda económica.
Cuando hayas recaudado esos mil euros (o más, si tienes suerte y has logrado una participación del público más entusiasta de la que pretendías) pones la novela a disposición del público de forma totalmente gratuita bajo una licencia creative commons.
Es decir, no publicas hasta que no hayas obtenido, como mínimo, una cierta cantidad. Y a partir de entonces (aunque sigues aceptando donaciones, si alguien está dispuesto a pagar por el libro) lo ofreces gratuitamente.
Parece… no sé, como de cuento de hadas, ¿no?
Un modelo de negocio que es imposible que funcione. Basado sobre todo en la buena fe, en esperar que la gente pague por algo que no ha visto (quizá ha leído un capítulo o dos, pero ¿cómo va a saber si la novela completa merece la pena o no?) y que, además, «quema comercialmente» el material, pues una vez que se alcanza la cantidad deseada, el libro se convierte en un objeto de distribución libre y gratuita y deja de generar royalties.
Lo dicho, algo como eso no puede funcionar.
Y sin embargo, lo hace.
Echadle un vistazo a Lánzanos, que es exactamente lo que acabo de describir y muchas cosas más.
De hecho, su idea de partida es bastante más amplia: se trata de pedir públicamente donaciones para financiar proyectos creativos, ya sean literarios, cinematográficos, musicales… Y, una vez obtenida esa financiación (que incluirá, lógicamente, un porcentaje de beneficios para la web y otro para el autor) el proyecto se pone a disposición del público, de cualquiera.
Y está funcionando, os aviso.
Echadle un vistazo, por ejemplo, al proyecto Condenados
Allí veréis una novela de Santiago Eximeno que, treinta y cinco días antes de terminar el plazo de financiación, ya ha recaudado un 118% de lo que esperaba recaudar. Cierto que es una cantidad modesta y, en ese aspecto, Santiago ha sido prudente, cosa que nunca está demás.
Pero demuestra que una cosa así es posible, que funciona y que puede ser una alternativa a medios de publicación más tradicionales.
Santiago no es un escritor profesional y no es muy conocido fuera del núcleo más activo de aficionados al fantástico así que, como hemos dicho, ha optado por una cantidad prudente. Cantidad que ha conseguido con bastante facilidad.
Y si lo pensamos un poco, ¿no podría un escritor profesional ya asentado, con un grupo de fans lo bastante nutrido, obtener cantidades más elevadas con ese mismo sistema, quizá incluso cantidades equivalentes a las que obtendría publicando de modo tradicional, editor y distribuidor interpuestos (con su correspondiente mordisco al precio de venta del producto) y demás?
Tal vez sí, o tal vez no.
El camino está ahí, en todo caso, para cualquiera que desee seguirlo y probar suerte. ¿Es el futuro? ¿Es el modelo que se impondrá para que los autores puedan cobrar su trabajo?
¿O es el pasado?
Al fin y al cabo, bajo otra fórmula, utilizando herramientas modernas y estrategias contemporáneas, de lo que estamos hablando es de un método de financiación del arte casi tan antiguo como la propia civilización: el mecenazgo. En este caso, un mecenazgo compartido por varias personas y, sobre el papel, libre de las servidumbres que conllevaba el mecenazgo tradicional.
No tengo ni idea de si este sistema se impondrá, fracasará, se convertirá en dominante o acabará siendo simplemente una alternativa más.
La Revolución Industrial propició el nacimiento de la prensa moderna y eliminó la figura del mecenas, permitiendo que el autor generase más o menos ingresos en función de la cantidad de lectores de sus obras. ¿Está la Revolución Informática destinada, no sólo a eliminar la prensa tal como la conocemos, sino a hacernos regresar al sistema de mecenazgo?
La idea tiene cierta ironía, sin duda.
Pues no sé, con todo el cariño para con Santi… El sentido común me dice que es una locura más allá de la cosa novedosa. Hombre, para dar el palo a amistades y fans puede funcionar Pero entonces, ¿para qué están las presentaciones que hacemos a la familia? :)
Dicho esto, me consta que no ha sido el caso de Santi, ojo, lo suyo me da que es más afán innovador, marca de la casa, y capacidad para captar ese segmento de fanáticos de lo nuevo… De hecho, creo que ha sido el primero…
El principal argumento es lo que comentabas en la entrada anterior, la dificultad de llegar a un flujo directo sin intermediarios entre productor y consumidor (en este caso, acentuado por la necesidad de convencer al lector sobre las bondades de algo que todavía no es). Salvada esa dificultad,me parece más sensato enfocarlo como has hecho en Sportula, por ejemplo.
Y ojalá funcione, claro… Es mi escéptica opinión en absoluto contrastada por los hechos (tiendo al pesimismo comercial, esa es la verdad). Conste que hablo de libros, para cosas de ONGS Soft libre y movidas en pro de la humanidad, en general, pues no sería tan nihilista.
Anda, gracias por hablar de «Condenados», Rudy, creo que ha sido una experiencia a tener en cuenta, tanto por la novedad como por lo que significa para un autor que busca alternativas a la edición tradicional. De verdad que me hace ilusión que hayas reflexionado sobre el tema.
Como dice Sim, soy el primero, y eso tiene su punto a la hora de que haya funcionado el sistema. Pero lo de amistades y fans… hombre, está claro que han colaborado amigos y conocidos (fans me temo que no tengo), pero (si las cuentas no me fallan) más del 50% de los ingresos – hasta ahora, que ha alcanzado el 139% de los fondos solicitados- es de personas que no tienen relación directa con el autor.
Esto es una forma alternativa de edición que funciona. Si me ha funcionado a mí, que no soy nadie, está claro, como dice Rudy, que es un sistema que debe funcionar con otros autores, sobre todo con autores profesionales. Económicamente (tomemos como ejemplo mi caso) no será la panacea, pero ofrece posibilidades de edición que un autor debería estudiar y plantearse.
Yo, sin duda alguna, lo recomiendo.
Pero también recomiendo publicar con editoriales que ofrezcan formas de edición alternativas o novedosas.
Evidentemente puedo hacerlo porque no vivo de ello.
Como siempre, a falta de numeros, encuestas, perfiles y demás, yo voy a hablar de lo que conozco en plan anécdota.
Yo sigo a un autor de juegos de rol, Greg Stolze, que de un tiempo a esta parte se dedica a usar este mismo modelo (la web es kickstarter.com, pero vamos, lo mismo) para sus cosillas tanto de suplementos de juegos (saco hace tiempo un juego propio llamado Reign que vendio por Lulu en plan «impresión bajo demanda»; pues ahora de vez en cuando suelta la idea de que va a hacer un suplemento asi o de esta otra manera y los que lo quieran financiar…) como para sus cuentos que escribe. Le podriamos preguntar (tengo contacto con él por foros) pero creo que dado que no para de sacar proyectos la experiencia por ahora ha sido provechosa, aunque sufrida.
Peeeeero. Esto funciona porque a – Greg Stolze ya era conocido. Lleva años trabajando en la industria, ha sido autor de juegos de rol muy apreciados por la crítica y el público y b – Greg se dedica a darle caña al asunto lo mas que puede, circular por internet, ponerlo en su twitter, oye, que faltan 15 dias si quereis colaborar en X… y aun asi hay veces que por los pelos.
Básicamente la idea del hombre es, simplemente, que tiene muchas ideas y proyectos que sabe que no van a conseguir una salida por editoriales ni borracho, porque son muy muy particulares y no van al gran público y las editoriales (de todo, juegos y libros) ya sabemos como van, asi que cuando tiene estas cosillas que le estan ahi en la cabeza dando vueltas, en vez de archivarlas o dejarse de ideas les busca una salida. Y lo dicho, tiene sus seguidores, entre los que me encuentro, porque es muy bueno, pero no deja de ser algo que es mitad por sacarse unas pelas capitalizando algo que normalmente no le daria ni un duro, mitad por el nombre y la fama que tiene y que se sigue creando ya que no para de estar en la mira de los interneteros que nos movemos en su mundillo.
Asi que si, es factible, tiene su atractivo, y se le puede sacar provecho. Camino único o tan siquiera bueno para acercarse a hacerse escritor profesional y ganarse la vida con ello… aun no lo tengo tan claro, pero no apunta. Apunta a eso, a una de las muchas estrategias que puedes tener en la recamara para hacer tu presencia en linea y sacarle rendimiento, pero creo que el tirón de ser ya conocido y tener seguidores y saber llevarlos (y saber cabalgar la linea entre conversar con tus seguidores y freirlos a base de spam, tambien) es condición mas que necesaria para que salga bien.
Evidentemente, yo no recomendaría algo tipo «Lánzanos» (que, si no me fallan las referencias, es la versión española de una iniciativa americana muy similar) como única vía.
Pero está ahí, es interesante y, en el fondo, no sabemos lo que puede dar de sí y cómo va a funcionar. Podemos especular, podemos suponer esto o lo otro, pero una de las cosas que tengo claras en este momento es que atravesamos una etapa de incertidumbre casi total.
Lo cual a veces es desesperante. Y otras estimulante. Y a menudo, ambas cosas.
Quise utilizar Lanzanos. Fue una decepción total. Implementaron un sistema llamado «La caja» donde se debían conseguir votos previos de la comunidad para pasar a la etapa de financiamiento. ¿Y saben qué? Pusieron también votos negativos como opción. Varios que entraron, evidentemente, recomendaron a sus amigos votar a su favor… y en contra de los demás. Así fue como unos cuantos nos perjudicamos.
Igual, me alegra que Santiago lo lograra. ¿Pero cuantos más van a poder? Cambiaron el sistema luego de eso, pero el daño ya estaba hecho.