Vaya, este año ni siquiera ha salido como candidato a regalo navideño. Hablo de los lectores electrónicos, ese mismo artilugio que hace tres años se anunciaba como “una nueva era”. Hoy, más parece que la moda apunta a los “tablet”. Inasequibles al desaliento, algunas editoras (de prensa escrita, en este caso) ya se han lanzado el farol: 5 cabeceras por 14 euros mes para el tablet y el móvil. El precio es un 95% más barato que en el quiosco… Aún así ¿quién va a pagar por algo que tienes gratis en mil sitios?
¿Por qué –a pesar de su versatilidad y eficiencia- fracasan estos artilugios? ¿Dónde está nuestro error? ¿Debe la industria apostar por los libros electrónicos o, cual nueva Numancia, cerrarse en banda y resistir?
La respuesta, a mi juicio y al menos a la última pregunta es que, ojalá. Ojalá la industria editorial pudiera vivir al margen de la publicación electrónica, recluirse en el cuartel de invierno y verlas pasar. Lamentablemente, no va a ser así.
Los argumentos que daré son de naturaleza económica y marketing. Voy a tratar de probar que los contenidos online carecen de valor íntrínseco de mercado (en España, Latinoamerica, Asia y buena parte de Europa), y en consecuencia, son una pésima inversión.
Llevo en la prensa electrónica desde 1994. Aún está por aparecer el editor que me diga que sabe cómo cobrar sus contenidos online. En el mejor de los casos, el contenido asume valor en la medida que se convierte en gancho de otro producto. Es decir, y salvo que seas Google, un 10% del total de facturación en publicidad (cifra que no se cree nadie, lo normal es que se te ofrezca la e-publi como complemento a otros formatos) y 0% en cobro directo de contenidos. Conclusión, en prensa, el contenido es mercha.
Esto es fatal para cualquier producto. Imagínense que operan en el muy noble y digno sector del jamón. Imaginen que por imponderables de mercado deben regalar jamones y contentarse con el dinero inducido que reporta la publicidad de otro bien, llámale X, estampado en el jamón. ¿Ganan o pierden dinero? Pierden.
Todo mercado vive de la cadena de plusvalías que genera. Cuanto más potente es esa cadena, más rentable. El producto de merchandising, el que tiene valor como reclamo hacia otro, obtiene su plusvalía de lo que beneficia a otro, es por eso que el mercha es la última trinchera empresarial y es por eso que los editores sensatos temen a los contenidos online: se obstinan en no ser vendedores de mecheros.
¿Tiene visos de cambiar esto? Bbbuenooo. Algoooo.
Está por generalizarse en España el comercio electrónico de bienes masivos de consumo (hoy por hoy, centrado en el sector turístico, ocio y el equipamiento tecnológico avanzado). Algunos pensamos que 2011 y la crisis pueden catalizar ese mercado latente (extenderlo al gran consumo). El comercio electrónico no hay duda que revalorizará “algo” los contenidos. Por otro lado, la resistencia del electorado a aceptar “leyes sindes” y mecanismos de represión de la piratería seguirá pesando cual losa en el pago de contenidos. En cualquier caso, los contenidos seguirán siendo mercha. Algo que se regala con vistas a un ulterior fin comercial. En estas condiciones, poco futuro hay.
Bueno, y ahora preguntémonos por qué pasa esto.
Esto pasa porque hoy por hoy, el principal y multimillonario beneficiario de internet son las proveedoras de ADSL. Empresas que cobran entre 10 y 100 euros al mes por conectar cacharros a internet y nada interesadas en que las cosas cambién… Las razones, variadas; oligopolios, escasa renta disponible para producto de ocio, inmadurez del consumo (no se valoran los intangibles), piratería…
Dicho esto les cuento la última. Mi editor –un tipo inquieto que por estar se ha metido hasta en metaversos tan efímeros comercialmente como Second Life– me emplaza a colocar novelas para el sector tablet. Opina que hay madurez de mercado para, pagando una cuota de 20 euros semestre (creo), servir catálogos enteros de producto. Yo le digo que sí (le digo a todo que sí, que para algo es mi editor). Pero saco números.
¿Cuántos usuarios de tablet habrá en España de aquí a un año? ¿1.000.000? ¿Cuántos son devoradores de libros? ¿El 10%? Vale, tenemos un mercado potencial de 100.000 suscriptores. O sea dos millones de euros, que no está mal. Pero estos dos millones queda en apenas 10.000 reales, o sea que los dos millones ya son 200.000. Pero deberé invertir, publicidad, maquetación de contenidos, portadas atractivas… Total, que en el mejor de los casos, tengo ahí un mercado de unos escuálidos 100.000 por semestre, descontando inversión, a repartir entre varias editoriales y entre unos cuantos centenares de creadores.
OK. Elevemos la estimación, pongamos que el modelo de negocio será rentable para un mercado de 10 millones de tablets (multiplica entonces también tus gastos de publicidad por diez, claro). Que coincide con lo que pueda haber en Latinoamérica, después de todo, patria literaria común. No se preocupen, cuando esto sea negocio ya saldrá Movistar con una oferta que centuplica el catálogo de Planeta. Libros comprados al peso y sin necesidad de invertir publicidad porque a ellos les sale gratis. ¿Saben por qué? Porque el contenido es el reclamo. Como anticipara MacLuhan, el mensaje se ha convertido en el medio… Mercha…
Vayamos si les parece a una historia aún más contundente. El libro de texto. Mis hijos, en la escuela pública, ya disponen de un tablet sufragado por el Gobierno (al menos, la niña, la mayor). Salvando el escollo de la actualización didáctica de los docentes, ¿qué pasará con el antaño ultraboyante sector del libro lectivo cuando se generalice la didáctica interactiva? Pues que empezará a perder y a perder cuota de mercado hasta desaparecer. El papel de la editorial quedará reemplazado por portales didácticos cuyo negocio será vender seguros, viajes y jamones a los educadores. El libro de texto, quedará en mercha. ¿Mejor? ¿Peor? En este caso, y gracias a Dios, lo importante aquí es la didáctica, no el soporte (¿o ustedes piensan que por estudiar con Santillana el niño sale más listo?). Eso sí, adiós por siempre a aquellos bonitos rascacielos cargados de puestos de trabajo. Adiós Santillana. Con anterioridad el mismo esquema se reprodujo en el sector del libro de referencia, el audiovisual y el porno.
¿Es bueno eso para la cultura? Partiendo de la base que la suerte de la cultura consumista contemporánea me es indiferente, ustedes mismos. La democratización de la cultura –que no otra cosa es su conversión en mercha- agudiza la debilidad del creador respecto al mercado y ahuyenta el talento al no generar plusvalías sustitutorias. Esa es la cosa.
Por cierto, ¿querrán creer que pese al tablet, el cole y Dios vivo la niña sólo lee papel? ¿Curioso eh? Ya me gustaría, papá, cómprame las e-Reliquias de la e-Muerte. Pues nada, ni de coña. A seguir pagando al librero y e-pagando a Movistar. A veces pienso que, simplemente, se ha creado un nuevo mercado. Ojalá.
Hmmm.
Interesante reflexión. Y que da bastante que pensar, ciertamente.
A mí me dejaron un libro electrónico los Reyes y la verdad es que lo estoy disfrutando como un enano. Ya me he comprado varios ebooks, y la verdad es que el trasto funciona que no veas. Y he descubierto una utilidad extra que no viene en el catálogo: como puedes modificar los textos incluyendo marcas y anotaciones en las páginas, lo estoy usando para corregir mi último libro :)
En el clavo. Felicidades.
Las cosas van bien como están. El e-book sigue su modesto camino secundario, las librerías siguen vendiendo, el papel se imprime saftisfacciendo a las editoriales y las telefónicas se forran como lo han hecho siempre. ¿Para qué cambiar? Destino: un mercado del 75% papel y 25% e-book y todos contentos. No es por tu reflexión (las ha habido más agoreras, -cómo se nota que a la gente le gusta el terror-) pero el papel seguirá por muchos muchos años.
Pues yo creo que este año ha sido el primero del ebook como regalo navideño. Quizá a España le cueste un poco más, no llegamos a los 8 millones de kindles, pero Grammata ha anunciado que ha incrementado las ventas de sus Papyre un 50% este año, pasando de 32 000 a 70 000, que no es una barbaridad, pero hay que tener en cuenta también el incremento de la competencia y que Papyre no es la alternativa más barata.
En cuanto a los tablets, pues bueno. Ahí están para el que quiera leer en ellos aunque sigo pensando que serán más complementarios que otra cosa hasta que en un par de años se impongan las nuevas pantallas.
El mercado de lectores en España ronda los 100.000 cacharros, una cifra bastante pequeña si un autor está pensando ahora mismo hacerse de oro con sus libros electrónicos.
Sin embargo sigue creciendo, y está claro que es tanto presente como futuro. Yo no concibo ya la publicación de un libro en papel sin su versión en formato electrónico.
Santi, lo que hay son 100 000 papyres. El mercado de lectores este año se ha duplicado con toda seguridad y estará rondando los 200 000.
¿Y dónde están esos 200.000 e-readers? Yo aún no he visto ninguno «en vivo» (será porque aquí no hay metro).
Yo la última info que manejo, de Septiembre del año pasado, es menos de 75.000 papyres en el mercado, menos de 20.000 Iliads (el segundo gran fabricante distribuido en España) y un puñado del resto de lectores (Kindle, etc.). No dudo que estas Navidades haya crecido, pero 200.000 me parece optimista.
En cualquier caso, sigue siendo una cifra baja para tenerla en cuenta a la hora de publicar un libro en formato electrónico, tenemos que crecer mucho más.
Un apunte: este mismo fin de semana intenté comprarme un e-book reader en Berlín. No encontré ni una sola tienda de cacharros (léase Mediamarkt, Medimax, Saturn, etc) donde les quedasen. Se habían vendido todos.
¿Anecdótico? ¿España? Ustedes deciden.
Disculpad la falta de datos de ereaders, la verdad es que no los he encontrado.
Respecto a los tablet, y para hacerse una idea, en 2010 se consignan algo más de 9 millones de tablet (mayoritariamente Aple) vendidos en todo el mundo. Para 2011, año en que atacarán casi todas las firmas, el sector aspira a vender 57 millones (me parece mucho, pero es lo que se ha publicado). Extrapolar datos al mercado latinoamericano o Español es complicado. Pero me jugaría hasta dos cañas que se venderán, sólo en España no menos de 200.000 tablet, tirando a bajo, más 50 o 75.000 que deben pulular ya… Si no fuera por la crisis, más.
Que quede claro que la versatilidad y eficiencia de dichos aparatos no creo que admita discusión. Podrás arguir que a ti o al otro te pone el olor a papel viejo, la «cremosidad» del tacto al pasar las sedosas páginas, o la conjunción del crepitar de la leño al fuego, el libro abierto, la lluvia golpeando la ventana y tu gran dogo danés abovillado a tus pies :)… etc… Es decir, valores emocionales, me temo (no por ello menos importantes, ojo). Mayor handicap es la brecha generacional, según la cual un importante porcentaje de la población ni ha incorporado ni incorporará internet a su vida… (analfabetismo digital).
Aquí el problema es la falta de modelo de negocio que permita darle al contenido electrónico un valor añadido propio. De un lado. De otro, la dificultad del sector para, si se consolida, mantener (o al menos no ver desaparecidos) los miles de puestos de trabajo y la cadena de plusvalías que hacen del libro un sector económico clave. Este es el hachazo y el riesgo entrañados. Y la pregunta clave es cómo evitar eso.
Invuche. Más bien creo que la anécdota (desgraciadamente) son Inglaterra, USA, Canada, Alemania, Norteeruopá… en definitiva, el primer mundo. Allí sí que está funcionando (con matices) la industria de los contenidos.
Ahora, vete a China… que es donde se está cociendo el futuro… A la India, a Latinoamérica… Si en España el todo gratis está ya fijo al ADN, ni te cuento allí… (bueno, es una opinión, quede claro que Prospectiva todavía no me ha mandado a tan interesantes países de enviado especial, que oye, por mí…) .))
Datos sólo conozco en España lo que ha dicho Papyre (oficial): 32 000 en 2009 y 70 000 en 2010… entiendo que si sólo Papyres son 100 000 y el resto de marcas han tirado igual para arriba -sobre todo los más baratos como Booq- además de la apuesta publicitaria de Sony -que ha sido muy alta-, yo no creo equivocarme al decir que ahora hay casi 200 000 cacharros por ahí en activo.
En los últimos dos años no paro de leer acerca de esto: que si el e-book es el sustituto del libro, que si es el futuro, que si dentro de unos años no habrá otra cosa, que si el sector editorial debe adoptar (¡pero a qué esperan!) su estrategia de mercado en base al e-reader… Aunque también es cierto que desde hace unos meses empiezo a oír muchas quejas: que si las editoriales lo están haciendo fatal, que si la piratería (y aquí me sorprendo, pues ya he dicho que nunca he visto un lector de e-books, mientras no paro de ver libros en papel), que si lo que pasa es que hay que olvidarse de leer a la manera tradicional y meter multimedia e hiperenlaces en los textos (concepto de sitio web ¿off-line? y ¿descargable?), que si Amazon te borra lo que le parece moralmente inaceptable (aunque antes te lo haya vendido), o que pasa todo lo que dice el amigo Luis Besa aquí arriba con el inaceptado concepto de e-libro = merchandising o soporte de publicidad.
En general, el consenso parece ser, según leo en foros interneteros, como sigue: sin duda, el e-book y el e-reader son el futuro, mientras el libro en papel se mantendrá algún tiempo e irá perdiendo relevancia en nuestras vidas; del mismo modo que la imprenta redujo a mínimos al manuscrito, el e-book hará que en algún momento la imprenta sea una reliquia. Y ese consenso continúa así: lo que pasa es que las editoriales son instituciones rígidas, inamovibles; son auténticos dinosaurios incapaces de encontrar su sitio en el nuevo mercado editorial (que ya debería estar controlado por el e-book) y que además boicotean a modo de cartel o lobby al e-book, poniendo precios abusivos y ridículos códigos anti-copia. Y ese consenso en ocasiones se atreve a más, y sentencia: las editoriales desaparecerán, la autoedición es el futuro (de verdad, no entiendo la lógica de esta afirmación. Si acaso, desaparecerán las imprentas, ¿no?).
Pero no deja de darme la impresión de que el lector de e-books es un producto intermedio, que aún no está conseguido. Es como los primeros ordenadores personales, o más tarde los primeros portátiles. O como el Minidisk, que iba a sustituir al cassette y al CD-ROM (y este último se lo comió). No es el producto definitivo. No ha llegado aún a ser «útil». Ahorro de espacio: creo que ésa es su única ventaja respecto al libro, si de libros y leer es de lo que hablamos. Y ahí está la clave: no es suficiente. Es un concepto desaprovechado y mucha gente tiene (tenemos) la sensación de que lo que vendrá es lo que nos hará pasar del libro al e-book, pero aprovechando muchas otras funciones que ahora deberíamos adquirir por separado y a precios desorbitados. Los analfabetos digitales (me incluyo) no compramos un e-book, del mismo modo que no compramos un i-Pod touch, ni un i-Phone, ni una PSP, ni un pc portátil, ni pagamos una cuota de suscripción a canales de música descargable, o a portales de descarga en general. Aún no nos hace falta pagar por ello, y sabemos que «pronto» tendremos todo eso junto y a muy buen precio. Yo nunca compré un lector de DVD, sabía que en poco tiempo podría ver películas con el lector que llevaría incorporado mi pc. Es decir, pasaremos del libro al e-book por comodidad, porque vendrá incorporado a otras cosas y entre todas harán ventajoso (y con el tiempo indispensable) al aparato, pero el tránsito al e-book no será un acto intencionado. El triunfo del e-book no será la causa (hoy en día parece casi eso, una causa por la que luchar), sino el efecto. Y bienvenido será.
Federico. No soy lector de ebooks (de pdf, sí, claro), pero la experiencia de la gente (incluso la que no va en metro) es que se trata de un artefacto la mar de versatil (motivos emocionales aparte), pienso que es una tecnología bastante madura, puestos a ponerle peros, el precio, sigue siendo caro.
No creo, en cambio, que las editoriales lo estés boicoteando, lo temen y se resisten porque carecen de modelo de rentabilización sustitutorio.
Alfredo. Creo que la cifra que das es sensata y razonable. Pero hay que contemplar América. De hecho, y según lo poco que sé de las experiencias de sirius al respecto, una parte potente de las ventas es de USA. En Argentina, México y Chile también se ha colocado género. Ahora bien, con todo el cariño hay que decir que son experiencia muy puntuales y nada representativas de la realidad. Excepciones. Ahora, evidentemente, un campo en el que hay que estar.
Vaya por delante que, con una Magnum 44 en la cabeza y, bajo amenaza de violar a mi mujer y matar a toda mi familia, quizá me pensara el comprar uno de esos cachivaches.
Por otro lado, no me cabe la menor duda de que acabará imponiéndose el libro electrónico. Tampoco tengo la menor duda de que algún día se me caerá el pelo y me quedaré impotente. Ninguna de las tres cosas me complace, pero estoy resignado.
La frase que más escucho últimamente es una variación de: «me han regalado un lector de e-books para reyes y ya tengo pirateados 10.000 libros». Y también: «¡Pero no te compres libros, tío, que un e-book de esos te salen todos gratis en Internet!» normalmente seguida de una variación de «Es que las editoriales y los autores son unos capitalistas avariciosos, los libros tienen que ser gratis».
Me arrancarán mis viejos libros en papel de mis manos muertas y frías. Que le den al futuro.
La verdad es que no entiendo el artículo. No se de que va. Digo, es la primera vez que se me plantea la idea de que el libro electrónico es una especie de subscripción a una web donde te bajas cosas porque si a santo de que la propaganda de…
No sé, yo tengo el cacharrillo (Sony PRS-650 para señas), 3 o 4 librerias que me interesan en la web (ninguna española. Punto importante a la hora de evaluar como se ve desde aqui esto), y unos … 150 € en libros pagados con mi Visa.
¿Piratería? Si, existe. Si, hay muchas razones. Si, una grande es que la gente tiene un morro que se lo pisa. Pero de nuevo, fuera de aqui, hay mercado. Aqui, como todo, el mercado llegará en algun momento y con sus taras hispanicas, que para eso somos diferentes.
¿Ventajas? Muchas. La primera el espacio – que yo ya no tengo donde poner los libros. La segunda esta por verse, porque seria la facilidad para comprarlos y tenerlos y buscar cosas normalmente descatalogadas o minoritarias pero que al estar en digital las tendrias al alcance, pero entre que el catálogo esta aun bajo (aunque de nuevo, el de libros en inglés deja al español en calzoncillos), que hay gilipolleces propias de las «nuevas tecnologías» y de las viejas mentalidades (ah, que este tiene DRM, que ha salido en un formato que no es el mio, y solo lo venden si estas en EEUU. Todo es «saltable», pero cojones, ¡que tengo el dinero y os lo quiero comprar!), pero eso, se vislumbra una posiblilidad de mucha facilidad a la hora de comprar (2 segundos libro en tu mano sacado de un catálogo que no tiene por que acabarse nunca).
¿Problemas? Ya apunté varios, y si, joden. Pero eso, tiene potencial
Pero claro, el potencial es FUERA de España. España, tarde, mal, nunca. Considerando que el cacharro de Sony ha salido mas o menos ahora tras no se cuanto años de retrasos con respecto a los viejos modelos… y que ha salido con la peculiaridad de que si la versión guiri te manda a su propia tienda, esta te manda a la FNAC, Casa del Libro y Corte Inglés…
Pero eso. No entiendo el modelo que planteas en el artículo. O mejor dicho ,no se quien esta pensando en usar el modelo «pongo mi períodico grátis en internet y cobro anuncios» para los contenidos mas tipo libro.
Y si, el anterior comentario tiene un festival de acentos mal colocados. Le echaremos la culpa a leer en inglés, a ver si cuela :-P
Latro Hay tres modelos económicos,
Modelo el que tú usas, me voy a una librería y compro un epub o lo que sea.
Este modelo se empezó a mover en 2008 y sus cifras de venta (fuera del primer mundo, donde tampoco parece estar machacando) estan por debajo de las más pesimistas previsiones.
Modelo aplicación (en proceso de implantación). Un grupo de editoriales ofrece un catálogo de libros por suscripción. Pagas x barra libre durante un tiempo para descargate lo que te apetezca del catálogo.
Y ahora vamos a casar los posts anteriores.
Mario. Idéntico comentario me hizo mi hermana. Me he comprado un sony, ah que bien… ¿Dónde compras libros? Cara de póker, comprar?… Sí claro, comprar… Ah, no sé… el niño (mi sobrino) me ha pasado 500 títulos, la leche tú, hasta tienen la Muerte de Virgilio (de Broch)… Por supuesto mi hermana es abogado…
O sea, modelo mayoritario al 95%, hay una web que distribuye pdf o epub o lo que sea gratis. Lo hace para incrementar tráfico web y optimizar los míseros 200 euros mes que le paga Google por clicar a un auncio de Tarot o de «óperese la grasa del estómago». Vg. Aquí: http://www.librosgratisweb.com/. Eso, suponiendo que no sea la propia Sony que para tirar ventas genera oferta de producto. Por supuesto, líbrenos Dios de proceder directamente sino por empresa interpuesta, por ej, típico ejecutivo que cobra por objetivos de venta… Conclusión, lo que digo, el libro convertido en mercha.
Pues no se, digo, ves cosas como
http://www.openebook.org/doc_library/industrystats.htm
Y oye, parece que en EEUU, la cosa tiene visos de crecer y convertirse en un buen, buen mercado; en otros lados se habla de casi mil millones de dolares vendidos este año. Hablando de los títulos, de los libros-contenido, vamos; los lectores no se como van, pero si no me equivoco el Kindle si que ha tenido buenas ventas.
Tampoco me creo yo lo de el futuro es digital adios papel y tal, pero eso, que creo que va a ser un mercado importante, bueno, de hecho ya lo es. Ahora, que Spain is Different y que aqui no se venderá ni la cuarta parte ni de cacharros, ni de contenidos, y la pirateria (yo ya he tenido discusiones de esas de alguien jurarme y rejurarme que es la obligación del autor buscarse como sacar pasta del hecho de que el se baje lo que le de la gana), también me lo creo
Sim ha dicho:
«Mario. Idéntico comentario me hizo mi hermana. Me he comprado un sony, ah que bien… ¿Dónde compras libros? Cara de póker, comprar?… Sí claro, comprar… Ah, no sé… el niño (mi sobrino) me ha pasado 500 títulos, la leche tú, hasta tienen la Muerte de Virgilio (de Broch)… Por supuesto mi hermana es abogado…»
Es que esa es la realidad del ebook hoy día, seamos realistas. La mayoría de la gente (hablo de la mayoría de la gente) se lo compra porque le facilita el no apoquinar 20 euracos. Yo no voy a censurar a nadie, que la vida está muy achuchá. Pero es así. El que crezcan las ventas de lectores de ebook no significa que crezcan las ventas de ebooks, significa que habrá más páginas de descargas ilegales.
Por otro lado, no discuto que la industria editorial ha metido el cuezo hasta la ingle. Y no lo discuto, porque tengo información de primerísima mano. Lo que han hecho (lo que están haciendo) las editoriales va en primer lugar en el manual de como perder dinero en un negocio siendo un rata y un agarrao.
Una última cosa antes de despedirme: si me ofrecen un producto y no lo compro no es porque «sea un antiguo» (que lo soy) o porque aún no he visto sus ventajas, o porque sea un obstáculo en el progreso. Es que no quiero comprarlo, no satisface mis necesidades. Los que compraron el vídeo 2000 o el LaserDisc en su día pensando que apostaban por el futuro todavía están mirando el bicho pensando en qué pudo haber fallado. O, pongamos un ejemplo mucho más certero: las personas que comienzan a pagar el gimnasio a ver si así sacan fuerzas de algún lado para rebajar las lorzas y al final descubren que nada cambiará el hecho de que les repele el ejercicio. Mi impresión es que, como nuevo juguete tecnológico, mucha gente que no ha leído en su vida, no lee y no va a leer jamás, se lo ha comprado como quien paga la cuota del gimnasio. De aquí a poco, los lectores se van a poner muy baratos en el Segunda Mano.
Saludos a todos.
Hombre, no se, eso pasa siempre y con todo, no es sintoma de fracaso.
Las cuestiones mas interesantes estan, por ejemplo, con el rollo tablet. Que el tablet si le puede «comer» a estos cacharros que en teoria son para eso, para leer libros y pista, mientras el tablet hace lo de un ordenador, asi que oye, puedo leer ebooks Y todo lo demas, por que un cacharro aparte… bueno, esta el hecho de que la diferencia entre las pantallas de «tinta digital» y las pantallas mas clásicas de un tablet es que la primera es mas cómoda de leer como libro en vez de estar con el típico monitor refrescando la imagen y alumbrandote la cara. Y una un poco mas sutil, que es que si a mi me das un cacharro con acceso a la web, correo, twitter, facebook y demas va a leer no se quien, porque no me concentro :-P
Pero si, hay que separar un poco lo que es el cacharro – lector, que puede que desaparezca como, que se yo, las PDAS que ahora son télefonos 3G, y que los contenidos pasen a ser digitales y el comercio vaya por aqui por Internet, que creo que si es inevitable … y con sus cambios de modelo y resistencias numantinas y metidas de pata y piratas cyberpunks de baratillo y todo la pesca
Pues yo no le veo sentido ni al artículo ni a gran parte de los comentarios. Tengo un ereader (Bebook, comprado en septiembre del año recién pasado), pero lamentablemente no encuentro ninguna librería con títulos en español con precios decentes (la mayoría con suerte a los ebooks les pone un precio un 10% rebajado con respecto del libro en papel).
¿He comprado libros? Muchos, pero principalmente en Amazon y B&N. Y no soy la única, acá en Chile los ereader cada vez van ganando más adeptos, y no son de los que se descargan miles de títulos de la red, sino de los que programan sus gastos y compran una determinada cantidad de libros cada mes. Gracias, mayormente, a que los precios de los libros en formato digital están muy por debajo del valor de uno en papel (al menos acá en Chile, un libro en papel la mayoría de las veces es demasiado caro para darse el lujo de comprarlo).
¿Piratería? En base a lo que conozco, se da mayormente por la falta de plataformas que nos permitan adquirir contenido de forma legal (pagando) y a buen precio. Muchas de estas plataformas se limitan a EE.UU. (máximo a Europa), y quienes vivimos fuera de sus «países desarrollados» no podemos hacer uso de nuestras tarjetas de crédito para adquirir contenido legal. Si no nos dan las facilidades para comprar, ¿qué nos queda?
Y hablo en general. La mayoría de la gente que conozco, luego de escuchar una canción que descargaron, la terminan comprando en iTunes. Ojean un libro en Google Books, y lo comprar en Amazon para leerlo con tranquilidad.
Internet le ha dado al usuario/lector/consumidor de lectura una ventaja que antes no tenía: si realmente es bueno y nos interesa, pagamos por él. Ya no tenemos que tragarnos todo un disco basura sólo porque nos gusta una canción. Ya no tenemos que gastar dinero en un libraco enorme que pintaba para bueno, pero que termina siendo la peor basura del mundo literario (a nuestro gusto).
Probamos, testeamos, y luego compramos. Eso es lo que hace la generación de hoy. Lamentablemente a la industria (musical, literaria, audiovisual, etc.), y sus creadores, no les queda otra que adaptarse, o ser arrasados por la corriente.
O, como decía en el libro «quien se ha llevado mi queso» (resumen personal libre): adaptarse, o morir.
Yo tengo dos cacharros de estos, un Papyre y un Tablet, (ambos regalados, digo para dejar claro que soy un usuario de clase media parte del gran mercado potencial de todo este asunto), el primero hace tres años y el segundo hace poco, y les he sacado mucho rendimiento como aparto de lectura (el papyre ahora lo usa y bastante mi mujer).
Yo creo que el mercado va por ahí, el problema es que aún está por definir el modelo, porque dinero hay y mucho sólo que, como bien señala el autor del artículo, los que se lo están llevando crudo son las operadoras de ADSL, los servidores de descargas y los fabricantes de componentes.
¿Como evolucionará la cosa? No tengo ni idea tal vez modelos como el de Apple con la música o el de Amazon con los libros indiquen un camino.
¿Que pasa con los editores de toda la vida? Que se han quedado fuera de juego y tendrán que correr mucho para hacerse hueco, aún mantienen en sus manos un tarea importante seleccionar textos, corregir, orientar a los autores, etc. Una tarea que las telefónicas de momento no hacen porque les importa mas la cantidad de tráfico que la calidad.
¿Quien pagará su merecido pan a los creadores? Quien sabe, tal vez terminen viviendo del paypal.
Yo confieso, pidiendo disculpas de antemano porque en estos debates siempre es una sucesión de «yo yo yo» y estoy contribuyendo a ello, que me pillé el prs 505 basicamente para leer todo lo que me había ido bajando en IRC durante años y años. Ya imagináis: novela negra de Fredric Brown (absurdamente descatalogadísima), libros de ciencia ficción que cuestan un dineral en el mercado de segunda mano (ahora mismo estoy con Cherryh, que me está gustando mucho más de lo que recordaba), y libros antiguos que paso de cargar encima (con la excepción de «Guerra y Paz», que me tuve que comprar porque no hay una maldita edición decente en estas webs de Dios). Espero, no obstante, que me deis el perdón y el abono Ego te Absolvo 2011-2015 porque en mi casa no cabe un maldito alfiler. Y porque a alguno os he comprado libros por cyberdark.
Dicho esto, leer en un prs es una gozada, una absoluta gozada.
Me llaman la atención comentarios del tipo «ah, no, esto es SIMPLE problema de piratería, hay piratería porque las editoriales son malas personas y todo es muy caro».
En mi opinión esto no es así y es bastante más gordo.
La cuestión es que la piratería no es un problema de piratería. La putada es -junto a otras variables como oligopolios- la conciencia social según la cual un bien -electrónico en este caso- tiene un valor de mercado 0 (en los mercados donde no hay una cultura económica, que es el 85% del orbe España incluida y China imperando). Este valor de mercado 0 es lo que convierte al contenido en mercha.
Contra eso no se puede luchar o la lucha se complica enormemente, amigos. Por poner un simil, en América (tengo entendido, y con las excepciones que procedan), si un alumno copia en clase está mal visto, en España (esto me consta) lo mal visto es que no colabores con el copiador. Va en nuestro ADN. Recientemente, en la playa , personas sensatas la emprendieron -literalmente a tortas- con los Mossos cuando desmantelaban una red brutal de manteros ilegales (mi santa madre incluida). La piratería, el manteo, el fraude… son derivadas de un estado de opinión social, no la causa, en la que tiene mucho que ver la asociación del beneficio como un valor negativo (¡la plusvalía es un robo!, decia Marx). Allá donde el beneficio se percibe a pie de calle como SAGRADO, en cambio, se facilitan las condiciones objetivas para un mercado maduro. Pero como ya digo, eso es una parte mínima del mundo, máxima en cuanto facturación (el 90% del giro lo producen ese 15% de economías)
Por favor, con esto yo no defiendo modelos (me parece absurdo decir A es bueno y B es malo) que conste… Describo pautas de eficencia comercial, que es distinto, A es eficaz y B no.
Sim estoy de acuerdo contigo y creo que pones el dedo en la llaga. Pero no estoy de acuerdo en el paisaje de fondo. Es decir, no creo que en España vivamos en una cultura que odie el beneficio, el lucro, la plusvalía o como quieras llamarlo. De hecho, la gente se gasta auténticos pastizales en otras cosas. Por ejemplo en pagar a esos [CENSURADO] conocidos como «fotógrafos de boda» (y si hay alguno presente, no sólo no lo retiro sino que me reafirmo) que te imponen por narices las parroquias y salones de boda sin que sea posible negociar. Se llevan la pasta gansa, la gente les paga y no rechista ni lo más mínimo.
Tampoco le importa a la gente pagar por ver fútbol en el estadio. O gastarse cientos de euros que no tiene en una mariscada. Tías que no pagarían por un libro en su vida y tienen 20 pares de zapatos. Tíos que no pagarían por un libro y se empeñarían hasta las cejas por tener un coche de gran cilindrada que no necesitan.
La gente lo que no entiende es que un escritor/compositor/director (lo que sea) quiera cobrar por su trabajo, porque no se entiende que sea un trabajo. Esa es la cuestión.
Mario, digamos que mi opinión es la misma pero llegando por el camino opuesto. ;)
Por cierto, paecharse unas risas a propósito del tema:
http://www.youtube.com/watch?v=iwPj0qgvfIs
Buenísimo….
Es interesante la discucion sobre el futuro de los libros y los lectores on line, es necesario entender que los cambios en los modos de produccion, en las cuestiones simples, se dan como cambios rapidos, explosivos y expansivos, es el caso de la telefonia movil o celular, que en la mayoria de los paises, tuvo un desarrollo rapido, para el caso de los libros, se prevee, que el cambio sera mas lento, por que lento es el asceso a la tecnologia, a la informatica, y existen paises donde por recuersos economicos, a existido una expancion instantanea, pero el problema hay que analisarlo a traves de la prospectiva estrategica, la prospectiva comercial y la prospectiva empresarial, es muy posible que a corto plazo, digo dos decadas, se de un desarrollo trimixto (palabra creada para expresar mixtura de tres lineas de desarrollo) libro impreso, libro electronico y libro sonoro o leido en voz alta, pero cuando usted compre el producto, se lo venderan en las tres versiones, incluso habra disposiciones legales que obligen a entregar copias en brayle, hasta que cuando transcurran tres, cuatro o cinco decadas, los libros se venderan en sistema chip y sera innoculado a su cerebro por medio de un reloj o aparato de manilla, que ademas controlara sus signos vitales, sera telefono, tv, equipo de sonido, GPS y le comunicara con Naciones Unidas, con su gobierno nacional, sera su computador personal y estara permanentemente conectado a la red de internet, de tal forma que todo vale, no hay que cerrar la puerta a las posibilidades futuribles, mas aun cuando los temas de medio ambiente estan tomando auge inucitado con el calentamiento global, y la humanidad establecera controles mas estrictos a la produccion de papel, con base en pulpa vegetal, ya que cada vez mas se producen cambios climaticos negativos, construyamos el mundo en prospectiva, seamos flexibles con un futuro posible que enaltezca la dignidad humana.
No creas que la producción de artículos de alta tecnología, incluyendo los celulares, no dañan el medio ambiente de igual manera (o peor) que las fábricas de papel. Cuando se habla de las ventajas ecológias de los lectores electrónicos nunca se toma en cuenta el gasto impresionante en recursos que se requiere para producir esos artículos. Puede que no estemos ganando nada, en materia ambiental, prefiriendo los lectores electrónicos y todos sus primos.
Volviendo al tema del artículo, no creo que se devalúe tanto el contenido propio de los libros. En la misma China hay autores escribiendo para ganar un público seguidor que los premia en función de lo que escriben y no de la publicidad que los acompaña. Si en China misma el contenido es valioso en sí mismo, aunque sea electrónico, ¿por qué no ha de serlo en otros países como España?
Muchos de los que compran lectores electrónicos y se piratean esos miles de títulos no son lectores de por sí. No se habrían comprado esos libros de estar en papel y quizá ni siquiera lleguen a leer los libros que piratearon. Los auténticos lectores suelen tener un comportamiento más como el descrito por Eclectica: prueban, buscan y al final, si pueden comprar la versión legal, la compran. Y en efecto, la leen.