Que una revista de ciencia ficción y literatura fantástica haya llegado a los cincuenta números es un hecho que, en la Argentina, se da muy pocas veces. En el fandom hispanoamericano existe ese hito que fueron los 48 números de la revista Más Allá. De hecho, cuando la revista digital Axxón llegó a los 48, realizó un número especial de homenaje. El hecho de que Cuásar, con 26 años de existencia, haya llegado a los 50 números habla de la tenacidad de su creador, Luis Pestarini, y del firme apoyo de quienes colaboran con él.
Claudio Barbeito —uno de los colaboradores más antiguos que tiene la revista— resume algunas de las características de Cuásar en una exquisita nota publicada en este número cincuenta (“Veinticinco años con Cuásar – Una historia de viajes y fantasmas”). Al referirse a los primeros números de la publicación, a mediados de los ochenta, escribe: “Mientras tanto Cuásar seguía, creo que por una necesidad de sus editores, pero creo que también por el reconocimiento de sus lectores y colaboradores y, en parte, porque cubría un lugar único en la ciencia ficción y fantasía escrita en español. Cuásar fue la revista, ya sea profesional o no profesional, más abierta con respecto a los géneros”.
La historia comienza a principios de la década de 1980. Una época de mucho movimiento en el fandom argentino. “Hacia 1982, después de la Guerra de Malvinas, la dictadura estaba en retirada y comenzaban a darse actividades culturales y políticas —recuerda Pestarini—. En ese ambiente también renació el fandom argentino, cobijado un poco por El Péndulo, que cristalizó en el Círculo Argentino de Ciencia Ficción y Fantasía. Un año después aparecieron las primeras dos revistas no comerciales, Sinergia y Nuevomundo. Pero yo sentía que faltaba algo más integrador, que incluyera, además de ficción en español y algunos relatos de autores anglosajones clásicos, lo nuevo que se publicaba en inglés y artículos y crítica más rigurosos”.
La primera Cuásar apareció en el verano de 1984 (ninguna referencia orwelliana). Pestarini admite que no se pudo plasmar de entrada la visión que se había propuesto. “No era fácil. Pero a medida que se sucedieron las ediciones nos acercamos a lo que queríamos. En algún momento a mediados de los ochenta se estaban publicando siete u ocho revistas de ciencia ficción en Argentina, las reuniones semanales convocaban a medio centenar de personas. Fue una época muy especial: junto a escritores con una amplia obra inédita de calidad estaban los jóvenes que comenzaban a escribir. Las revistas de entonces, cada una de ellas desde un espacio distinto, brindaban un lugar para escritores y lectores. Cuásar tuvo un programa bastante definido desde un principio cuyas líneas principales todavía se mantienen. Supongo que, si después de ventiséis años, la revista todavía se publica, sus ediciones se agotan en un tiempo razonable, es porque tan mal no lo hemos hecho. Nunca pudimos —ni lo intentamos— pegar el salto a la publicación con fines de lucro, el mercado en Argentina no da para eso”.
En las vísperas de este número 50, que ya está publicado y fue presentado recientemente en la 65º Tertulia de Ciencia Ficción y Fantasía de Buenos Aires, Luis Pestarini accedió a este pequeño reportaje:
¿En qué se diferencia Cuásar de otras revistas contemporáneas de género publicadas en la Argentina?
Es difícil decir en qué, es algo que deberían decir los lectores. Desde lo formal, hay algunas características de Cuásar que no son comunes. Por ejemplo, todo el material —o casi todo— que publicamos a lo largo de los años era inédito en español. Es algo no muy común en las publicaciones del género. Siempre pusimos énfasis en publicar autores desconocidos en nuestra lengua. Así, Gibson, Ted Chiang, Greg Egan, Bruce Sterling, fueron publicados por primera vez en Cuásar. En los últimos tiempos les tocó a otros que están comenzando a ser conocidos: Charles Stross, Tony Ballantyne, Paolo Bacigalupi, Benjamin Rosenbaum, Elizabeth Bear…
Otra característica de la revista, que no es exclusiva, es que trata de no tener la mirada de los fans que no leen otra cosa que ciencia ficción y que miden la literatura y el mundo con la vara de la ciencia ficción. La ciencia ficción es un género artístico, del que nos interesa su aspecto literario, y, como tal, tiene que aceptar las pautas de calidad de la literatura. Pero volviendo a la pregunta, te diría que si hay una revista que consideré muy próxima a Cuásar —en cuanto a intereses y gustos, ya que tenía un nivel de producción inalcanzable en Argentina—fue Gigamesh.
¿Qué novedades trae este número 50?
Es un número especial doble (50/51), de doscientas páginas, con énfasis en la narrativa. Son trece cuentos, casi cien mil palabras de ficción. Entre ellos está “Exhalación”, de Ted Chiang, que ganó el Hugo, también los dos últimos cuentos ganadores de los premios Nebula, una novela corta de Carlos Gardini, dos cuentos ganadores del Premio Avalón que entregan en España y que permanecían inéditos, más otros relatos de Elvio E. Gandolfo, Bruce McAllister y Paolo Bacigalupi, entre otros. También hay tres artículos: uno de Pablo Capanna contando la historia de El sentido de la ciencia ficción y sus ediciones sucesivas, otro muy provocativo llamado “Una historia política de la ciencia ficción”, de Eric Raymond, y el último que cuenta un poco la historia de Cuásar por el colaborador más antiguo, Claudio Barbeito. Además, están las secciones habituales. Este número marca, también, el inicio de una nueva etapa. Cuásar se caracterizó, entre otras cosas, por probar formatos y periodicidades, cambios muchas veces vinculados con las condiciones económicas. A partir del número 52, la revista pasará a tener unas cien páginas y un formato de libro.
Con el número en la mano, hay que admitir que el nuevo formato le sienta bien. Para plasmarlo contó con la colaboración de Marcelo Di Lisio, en el diseño, y Carlos Daniel Joaquín Vázquez, en la ilustración de tapa. Las traducciones estuvieron a cargo de Pestarini y de Claudia De Bella.
Cuásar sigue brillando el en paisaje argentino e hispanoamericano de ciencia ficción y fantasía. Creo que vale la pena brindar por otros cincuenta números (y los que sigan después).
Mis más expresivas felicitaciones. Encima sale con Exhalación, de Chiang.
Una cuestión, he visto en la web que sale a 45$. Disculpad mi ignorancia, ¿cómo se consigue en España?
Yo se lo he pedido directamente al editor junto con el libro «Las islas de verano» y todo (gastos de envío incluídos) me sale por 24 euros.
La mejor revista de ciencia ficción en lengua castellana.
Un saludo
Oido, gracias