por Susana Vallejo

La Semana Negra, que hace años comenzó siendo un encuentro de escritores de novela negra, ha acabado ampliando su registro hacia lo fantástico, la ciencia ficción, lo histórico e incluso lo juvenil. Y al extender su espectro muchos escritores “prospectivos” han caído en sus garras con éxito. Basta echar un vistazo a los últimos premios entregados en la Semana: Juan Miguel Aguilera con La red de Indra acaba de ganar el premio Celsius a la mejor novela de fantasía, ciencia ficción o terror publicada originalmente en castellano en 2009. También optaban al premio Eduardo Vaquerizo con La última noche de Hipatia, José Miguel Vilar-Bou con Alarido de Dios y Antonio Dyaz con Unicornio. Rafael Marín ha sido finalista del Concurso Internacional de Relatos Policíacos con “9 mm parabellum”. León Arsenal ha sido también finalista del Premio Espartaco a la mejor novela histórica con La luz de Egipto. La Semana Negra es la fiesta de la literatura de género, y en un mundo en el que los géneros cada vez presentan unas fronteras más borrosas, muchos autores y habituales de estas páginas están consiguiendo el mayor de los éxitos.

Como decía Juan Miguel Aguilera, si hace veinte años alguien nos hubiese dicho que íbamos a compartir una Semana Negra y arrancar una AsturCon con Larry Niven, Ian Watson o Joe Haldeman, nos hubiese entrado la risa tonta. Y la cosa hubiera alcanzado proporciones de carcajada histérica si, además, a Juanmi le hubieran anticipado que llegaría a cantar en un karaoke con su muy admirado Larry Niven. Y es que este año hemos podido disfrutar de la compañía de unos invitados de primera división.

La Semana Negra, aunque se celebra en Gijón, no arranca allí sino en Madrid, en el Tren Negro que transporta a escritores y periodistas hasta su destino. Ya allí los aficionados a lo fantástico nos agrupamos, sin casi darnos cuenta, en el vagón de cola, lo que, por cierto, resulta la mar de metafórico. Juanmi Aguilera, Rafa Marín, Eduardo Vaquerizo, Víctor Conde (el último premio Minotauro), Andrés Rodrigo, Elia Barceló, Sergi Viciana… ocupamos ese último vagón junto a representantes de la prensa que rápidamente se unieron a las conversaciones sobre series de televisión, monstruos postmoderrnos, y a los chistes subidos de tono y las risas. Muchas risas.

Ian Watson enseguida encontró el lugar más fresco de todo el tren: ese último vagón, y nosotros descubrimos que posee un acento británico tan británico y correcto que parece hasta falso, y que es capaz, sin mover ni un solo músculo de la cara (y sí, eso incluye el parpadeo), de hacer chistes y contar unas barbaridades que pueden superar a las de sus historias de ficción.

Cuando el tren llegó a Gijón y se llevó a cabo la inauguración oficial, el viernes 9, el grupo de extranjeros (Ian Watson, Joe y Gay Haldeman, Larry Niven y David Wellington) comprendieron que no habían llegado a un encuentro literario cualquiera. Porque las carpas de la Semana Negra comparten espacio con la feria de Gijón, y las actividades literarias se entremezclan con churros, puestos de dulces, tómbolas, olor a fritanga y la música de los chiringuitos de la playa.

Los dos primeros días de la Semana Negra se dedican a la ciencia ficción y la fantasía: la AsturCon. Y el sábado arrancó con la mesa redonda sobre “El auge de la fantasía y el declive de la ciencia ficción” con Juan Miguel Aguilera, Elia Barceló, Sergi Viciana y yo misma. Expusimos tanto algunas posibles causas sociológicas (la decepción actual por haber llegado a un futuro que no es el que esperábamos), como las salidas que puede tomar la ciencia ficción (¿lo hard?), pasando por la posibilidad de definir la ciencia ficción dentro de un concepto amplio de la fantasía, los arquetipos fantásticos desde las novelas de caballería hasta la actualidad o la ciencia ficción como género “prospectivo”. Nos faltó tiempo para profundizar en muchos aspectos pero constituyó un repaso ameno y variado a temas interesantes para cualquier aficionado al fantástico.

La vorágine y encadenado de unos actos con otros no había hecho más que empezar. Más presentaciones de libros, tertulias, charlas… se sucedieron en ese lugar en el que los autores comparten cervezas con los lectores, y las exposiciones más sesudas se rodean de puestos de chucherías y chistes y cotilleos.

Uno de los hitos de esta Semana Negra fue ¡vivir la final del Mundial de fútbol en directo! Y justamente los instantes anteriores a ese histórico evento, Cristina Macía nos presentó a José Antonio Cotrina, Claudio Cerdán y a mí misma, como escritores que acaban de publicar segundas partes de sus obras (en mi caso la cuarta parte que cierra la tetralogía Porta Coeli). En una presentación en la que hablamos (¡rápida e intensamente! porque el partido comenzaba enseguida) de sagas, los autores intentamos explicar nuestras obras a un público en el que se mezclaban aficionados al fantástico con forofos envueltos en banderas españolas.

Resulta casi imposible resumir todo lo que ha acontecido en estos días. Pero si deseas más información o conocer el programa oficial, puedes hacer clic en el siguiente enlace. A mí simplemente me gustaría haberos transmitido el espíritu de un encuentro único e invitaros a conocerlo en persona el próximo año.