The Empress of Mars fue publicada en mayo de 2009, apenas unos meses antes de la muerte de su autora, Kage Baker, en enero de 2010. La mayor parte de su obra se encuadra dentro del ciclo de la Compañía, nueve novelas sobre viajes en el tiempo publicadas entre 1997 y 2010. Aunque la wikipedia la nombra como parte de dicho ciclo, la compañía mencionada en esta novela (la BAC, British Arean Company) no tiene nada que ver con la Compañía (Dr. Zeus Inc.) especializada en viajes al pasado de las otras novelas.
Al contrario de lo que hace pensar la portada de una de las dos ediciones de la novela, The Empress of Mars es el nombre de la única taberna existente en la exigua colonia humana en el Marte del siglo XXIV, una fallida concesión comercial de la BAC: los sueños de ganancias rápidas se mostraron fallidos y la compañía ha abandonado la gestión de la pequeña colonia, que tenía como objetivo la terraformación del planeta, a su suerte. Los colonos originales, alienados por la gestión de los británicos, tratan de hacer lo posible por sobrevivir en un planeta hostil, hasta que puedan reunir el dinero para el viaje de retorno.
Los habitantes son en su mayoría clanes pertenecientes a la Federación Pancelta, que se separó del Reino Unido por el tratado de Edimburgo. Curiosamente para una novela escrita por una norteamericana, todos los personajes son europeos, asiáticos o peruanos. En el Reino Unido del siglo XXIV el cristianismo está prácticamente proscrito, cualquier desviación personal puede ser considerada como enfermedad mental y los británicos son mayoritariamente ateos. Por su parte, los habitantes de los clanes (los buenos) hablan pancelta y cultivan la religión efesia, un culto neopagano de todo tipo de diosas madre. En general punto de partida es bastante interesante, la base científica bien desarrollada y la visión del mundo dentro de trescientos años verosímil.
No obstante, para los lectores no interesados por el costumbrismo marciano (que formalmente se parece mucho al costumbrismo decimonónico), la novela se hace bastante pesada. No contribuye a hacerla más atractiva el carácter entre bonachón y empalagoso de todos los personajes que, a excepción de los malvados que no pueden faltar en todo folletón, compiten por ver cuál es más adorable y dispuesto a ayudar a los demás. Por supuesto, como en todo folletón que se precie, también están los tontos que provocan catástrofes sin quererlo.
Tampoco ayuda que el estilo sea igualmente el de un folletón: cada capítulo con su título, su planteamiento, nudo y desenlace. O el de una serie televisiva. Baker a veces se deja incluso llevar por el entusiasmo y se permite cosas como otorgar una concesión sobre todo el Monte Olimpo a una sola persona, como si se tratase de un solar en la sierra o de un episodio de Enano Rojo.
El resultado es una lectura muy, muy ligera y –uno tiene la impresión al final– bastante prescindible.
6 comments
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Como potencial interesado en el costumbrismo marciano, me parece muy interesante esta novela y a ver si la traducen. El planteamiento suena verosimil y potente. Sabes si está prevista traducción?
A ver, una novela sobre un bar de Marte donde todos se comportan como personajes de Dickens ¿Qué puede tener eso de malo?
¿El aburrimiento?
Y si Kage Baker escribiera como Dickens, mi crítica no sería la que ha sido.
Coño, pues incide en eso, y no en
«No obstante, para los lectores no interesados por el costumbrismo marciano (que formalmente se parece mucho al costumbrismo decimonónico), la novela se hace bastante pesada.»
que parece que lo que criticas es que sea de estilo decimonónico, y no de MAL estilo decimonónico, o hablando de lecturas prescindibles y ligeras como algo malo, que ya creía bastante superado lo de que todas las lecturas tuvieran que tener algo útil o trascendente que si no era perder el tiempo. De forma constructiva lo digo ¿eh?
Risingson, no recuerdo dónde dije que todas mis lecturas tuvieran que tener algo transcendente o útil. En todo caso, si asi fuera, probablemente no estaría escribiendo reseñas en Literatura Prospectiva, sino en The Philosopher’s Magazine o en la revista Brico.
Como uno tiene en la vida un tiempo limitado para hacer cosas, incluido leer, y por eso considero que hay lecturas de las que uno puede prescindir, porque no son ni interesantes ni divertidas o no están bien escritas, y elegir otras en cambio que te hacen pasarlo bien. Nunca he estado de acuerdo con ese sinsentido de que no hay libro malo: hay libros que uno puede muy bien ahorrarse y, de hecho, libros que las editoriales podrían muy bien no editar.
En mi opinión la función principal de columnas como ésta es dar indicaciones a la gente de lo que puede encontrarse después de haber pagado trescientas páginas: hay quien lee cualquier cosa sólo porque es fan de un género, pero yo trato de leer cosas que me hagan disfrutar y, para identificarlas, trato de apoyarme en las críticas de otra gente que las ha leído. Y por eso escribo aquí y me trago a veces libros que considero una pérdida de tiempo.
Evidentemente, cada uno tiene sus gustos y se puede o no compartir los míos. En todo caso, in so many words, a mí el libro de Baker me pareció un caso de aburrido y lento MAL costumbrismo marciano, ligero en el sentido de no tener ninguna trama, y con la estructura y los diálogos de un episodio de Santa Barbara (para los que aún recuerden la serie). Espero que ahora esté más claro.