por Ignacio Illarregui Gárate

El sábado día 17 tuvo lugar en el Centro Cívico Bidarte de Deusto una nueva jornada de la TerBi, la Asociación Vasca de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror. Un conjunto de presentaciones y conferencias que contaron con tres decenas de asistentes.

Primero tomó la palabra Ricardo Manzanaro para presentar la asociación cultural recientemente constituida, de la que es presidente. Según comentó, es un paso lógico tras los diecisiete años que lleva en funcionamiento la tertulia de Bilbao, y más que necesario en el sentido que les dará un respaldo a la hora de organizar las actividades que habitualmente realizan. Además mostró el logotipo ganador del concurso que han organizado y que será su imagen corporativa a partir de ahora.

A continuación Juanjo Aroz introdujo la última novedad de Espiral Ciencia Ficción, la longeva colección aficionada que dirige desde hace más de tres lustros. El título en cuestión es DSK 3, obra de Joseba Paulorena, que presentó su novela. En un ambiente un tanto informal y venciendo los nervios iniciales, agradeció a la TerBi el apoyo prestado durante estos años en los que ha estado enfrascado en la creación de diversas obras enclavadas en los géneros de la fantasía y la ciencia ficción. Según comentó, DSK3 relata en primera persona la vida de un robot que cobra conciencia de sí mismo. Una narración influenciada, entre otros, por Isaac Asimov, aunque su androide no obedece las tres reyes de la robótica. Dispone de libre albedrío. Sobre el estilo, comentó que se ha alejado del lenguaje más elaborado de sus anteriores obras de fantasía, donde las descripciones eran fundamentales, buscando una narración más directa, centrada en la comunicación de emociones, situaciones, reflexiones…

Después subió a la mesa César Higuero que, con fluidez y muy necesarias gotas de humor, habló sobre la imposibilidad de construir una máquina que viole la primera ley de la termodinámica: las máquinas de movimiento perpetuo. Comenzó con un repaso a los diferentes intentos que se han realizado a lo largo de la Historia para centrarse en las que ahora mismo se anuncian, fundamentalmente, a través de internet. Máquinas que están consiguiendo una cierta repercusión, incluso en medios de comunicación respetables, escudadas en máximas como «a Galileo o a Einstein tampoco les hicieron caso», «suponen un cambio en el paradigma de la ciencia», los «importantes avances surgidos en el campo la física cuántica»… Máquinas que no llegan al gran público porque «las petroleras torpedean o ignoran» a sus creadores. El ponente acompañó su exposición con una presentación con multitud de imágenes y vídeos para apoyar sus explicaciones.

Una vez terminada esta charla le tocó el turno a Juan Moro, autor de El Proyecto Amanecer, novela ganadora del premio Andrómeda de ficción especulativa en el año 2007, que no ha llegado a las librerías hasta hace unas semanas; y de Tógar, segunda parte de su serie El último guardián, recién autopublicada en Lulu. Además de comentar ambas presentó la página web en la que se pueden adquirir sus obras. Fue una charla un tanto deslavazada que prestó demasiada atención a los problemas que ha tenido para publicar Tógar, primero en Bubok y después en Lulu, eny  la que se habló poco de las obras en sí.

Cerró la jornada Ricardo Manzanaro con un breve repaso a curiosidades de películas de ciencia ficción, fantasía y terror. Cuál ha sido la película que más dinero ha producido por cada dólar invertido, el intercambio de actrices que hubo entre Carrie y La guerra de las galaxias (entre Sissy Spacek y Carrie Fisher)… Un agradable guiño que clausuró las dos horas del acto.

Para la próxima jornada solo cabe desear que se deje atrás la leve informalidad que tienen las presentaciones en sí, comprensible si se considera que tanto ponentes como la mayor parte del público son miembros de la tertulia, y la necesaria inclusión de un presentador que vaya dando paso a los diferentes invitados. Y, si es posible, recuperar la presencia de alguien ajeno al mundo aficionado, como se pudo contar hace un año cuando participó el escritor Jon Bilbao.

Nota: Fotos cortesía de Jean Mallart.