Aquello tenía mala pinta, todo el ciclo del carbono reventado, ni rastros de carbono terrificado de orden primario, nitratos por donde mires y el calor subiendo fuera de control… El casquete de arriba hecho una sopa… Luego arregla la salinidad, claro.
– Como no sea polarizando… – aventuré según termino con la sonda.
El nota me miraba con cara de culo. Ni papa de lo que le estaba hablando.
– Es que es muy gordo… -insistí- Mire que es lo único que dicen cuando te venden el kit… Ojo con el mercado, cuando entran en fase mercado el sistema se torna inestable y salta…
El caraculo me dijo que era un recuerdo familiar, que le tenía cariño y que hiciera lo que pudiera.
– Mire, por ser usted podemos invertir la cadena trófica y a ver si así…
Aquel pijo me miró apesadumbrado.
– Hostiasss.. Será una carnicería –dijo…
Cuando se ponen así hay que cortar por lo sano.
– No se la coja con papel de fumar que ya jodió usted Marte por lo mismo…
– Está bien… Está bien… Haga lo que pueda…. Me puse en ello. Con el tornacapa invertí las denditras madre… Los rumiantes no dejarían títere con cabeza.
– Señor Yavhé, esto ya está.
– ¿Cuánto les queda? –me preguntó al final, como contrito.
– En diez años las vacas les tendrán viviendo en cuevas. Fijo.
– Sea –dijo Yavhé.
– El ingreso a 30 días, ¿eh?
Me largué. Otro día perdido por culpa de un tontolaba. Y es que lo tengo dicho: los dioses de ahora ya no son como los de antes.