En 1981, Arthur C. Clarke se planteó llevar a cabo la continuación más difícil, seguramente, de la historia de la cf: decidió proseguir 2001 situando la acción nueve años después. Por lo que puede deducirse de declaraciones posteriores del autor y de algunos artículos, más que una motivación puramente comercial (que impulsaría más tarde la escritura de la floja 2061 y la espantosa 3001), lo que impulsó a Clarke a seguir con la trama fue un prurito creativo.
Todo se remonta a la difícil relación entre el escritor y el director Stanley Kubrick durante la simultánea elaboración del guión de 2001 y la escritura de la novelización firmada por Clarke. En resumidas cuentas, la mentalidad racionalista de Clarke no casaba mucho con el deseo de una interpretación más abierta que Kubrick pretendía imprimir en el filme. Sus desavenencias -que, sin embargo, nunca cerraron la comunicación entre ambos- se plasmaron en la mayor concreción de la novela a la hora de describir los hechos de la película, con el texto convertido en una suerte de “interpretación oficial” del largo y ambiguo final cinematográfico.
Sin embargo, la visión de Kubrick tenía más visibilidad. La creación de 2010 fue, por tanto, el intento deliberado de Clarke de consolidar su propia interpretación: los extraterrestres benévolos como impulsores de la inteligencia a escala cósmica y el monolito de Júpiter –aquí ganó Kubrick: en la novela original era Saturno, pero en cine se cambió por problemas con las maquetas, y luego a Clarke le vino bien argumentalmente- como centinela de los avances humanos.
El libro se publicó en España al año siguiente, y la película se estrenó en 1984. Por entonces, yo era un gafotillas –la precuela de la época para un gafapasta- que había leído 2001, pudo después volver a ver la película –entonces ciertos títulos se reestrenaban de cuando en cuando-, y consideraba todo aquello como lo más grande que le había ocurrido a la cf y la demostración pragmática y tangible de que el género podía hacer obras importantes, aunque casi nadie más que yo en mi entorno adolescente fuera capaz de entenderlas… Así que, cuando compré el libro en edición de Círculo de Lectores, lo hice con cierto maduro escepticismo, de bregado quinceañero. Todo estaba encaminado hacia la decepción. Pero…
2010 es un buen libro, aún hoy lo pienso tras releerlo hace unos meses. Es una novela ágil, bien enlazada con la historia previa sin subordinarse a ella, y que ofrece una nueva dimensión a los hechos ya conocidos sin traicionarlos. Es lógico que en la Tierra se decidiera enviar una nueva exploración para ver qué había ocurrido con la Discovery, y el hecho de que sean los rusos quienes puedan llevarla a cabo da un giro de interés a la obra, quizá sin convertirla del todo en ucrónica pese a la caída de la Unión Soviética.
Sin desvelar los acontecimientos de la novela, Clarke consigue aquí la cuadratura del círculo de las continuaciones de cf: explica cuál es el destino tanto de David Bowman como de Hal 9000, sin que ese exceso de información adicional resulte en desencanto del lector. Perdió el Hugo a manos de otra continuación largamente esperada: Los límites de la Fundación, de Isaac Asimov, un libro a mi juicio claramente decepcionante respecto a la trilogía de la que partía. Aunque, en líneas generales, cada vez estoy más convencido de que Clarke será a la postre el único de los Tres Grandes de la cf cuya obra resistirá con brillo el paso del tiempo. O, al menos, una parte sustancial de ella: pienso no sólo en 2001, sino también en El fin de la infancia, A la caída de la noche o Cita con Rama.
La película mantiene la misma línea de la novela: un trabajo enormemente competente, respetuoso con su predecesora. Introduce incluso algunos cambios afortunados, como la conversación final entre el doctor Chandra y Hal 9000, aunque reduce sustancialmente el interesante epílogo de la novela. Y tiene la misma pega: es buena, pero no genial. Peter Hyams, un especialista en cf que cuenta en su currículo con otros filmes apreciables como Atmósfera Cero y Capricornio Uno –aunque luego haya sumado bastantes bodrios-, está lejos de la originalidad y capacidad de sugestión de un Kubrick –que, por cierto, bendijo su intención de rodar esta secuela, y sólo le pidió que hiciera “su propia película"-. Pero 2010 fluye, el reparto es muy competente -¡incluso Roy Scheider funciona!-, los efectos especiales están a la altura, y el final contiene auténtico aliento épico.
Casi nunca reviso películas, pero 2001 es quizá las que más veces he visto. Y casi siempre la continúo, con ganas, con 2010. Es el mayor elogio que puedo hacer a este par de productos –literario y cinematográfico- que convierten al que comienza en el tercer año con nombre de cf. Sí, de acuerdo: sin duda, sin tanto relumbrón como 1984 y 2001. Pero significativo, al menos para mí.
¡Mira que olvidar el año 1999, el de la guerra Texas-Israel! :P
Coincido totalmente con el recuerdo de «2010». Un libro y una película que merece la pena recuperar.
Coincido contigo. Aunque no la he vuelto a ver en años, siempre me pareció una película muy recuperable, con Hyams en lo mejor de su carrera. No me explico como este tipo pudo degenerar tanto después, es algo incomprensible.
Una pena los elementos de la novela que no pasaron a la película, como la misión china.
También coincido contigo en la valoración de 2061, aunque yo sería aún más duro. Realmente es mala, mala. 3001 no la leí ni siquiera por aquello de completar la serie, porque ya había caído en esa trampa con «Cita con Rama» y aún me duran las ronchas que me salieron.
De acuerdo con todo, excepto con «El fin de la infancia», que veo un poco viejuna a estas alturas. Creo que es «Cita con Rama» la que mejor se aguanta hoy en día; claro que hay casi 20 años de diferencia entre las dos.
La novela 2010, además, acutualiza algunos de las diferencias entre 2001 novela y película (el paseo espacial de Bowman para entrar en la nave, por ejemplo). En la peli hay escenas muy intensas visualmente como la del frenado atmosférico en Júpiter o el lanzamiento de las dos naves unidas hacia la Tierra. Y la recuperación de Keir Dullea como Bowman es otro acierto, no tanto a Scheider en el papel de Floyd (creo que Scheider sólo hizo un buen papel en All Taht Jazz, pero bueno…)
Hola, la pelicula siempre me ha parecido muy buena, pero algo infravalorada, a pesar de sus Oscars y una cierta critica positiva. Coincido con aquellos que piensan que la actuación de Roy Scheider es buena, en lo particular me parece el punto más alto de la pelicula; le da una carga y fuerza adicional, pues él en sus mejores epoca sólia llenar la pantalla (era conocida su fuerte presencia escenica que incluso desafiaba a los estelares en las peliculas que no era protagonista sino que lo diga Connery en la Casa Rusia, Fonda en Klute, o Hackman en la Conexión Francesa). Para aquellos que piensan que la única actuación de Scheider que merece aplausos es All That Jazz, los invito a ver las indicadas peliculas o Sorcerer (1977), The Last Embrace (1979), Still Of The Night (1981), The Seven Ups (1973), Naked Lunch (1994) o, el mito de la huella dactilares (1997); fue un gran actor, cuyo talento fue desperdiciado luego de los 80.
Scheider fue un gran actor, más alla de Tiburon, merece ser recordado por All That Jazz y por esa gran decada que fueron los 70, respecto de la cual es todo un icono. En los 80 hizo cosas taquilleras (Blue Thunder, 2010) conbinada con actuaciones buenas en peliculas «A» como Still Of The Night con Meryl Streep, La Cuarta Guerra y 52 Pick Up, ambas bajo las ordenes de John Frankenheimer (se iba a volver uno de los actores fetiches del respetado Director); además de actuaciones respetables en peliculas de bajo presupuesto pero con toque de autor (Cohen and Tate).
En lo personas creo que la pelicula que marco su descenso fue Club de Hombres de Peter Medak, una multiestelar producción que maldijo su carrera, y la del resto de co protagonistas; de ahí en más su carrera fue en descenso con algunas altas y mucha televisión, los nuevos tiempos en Hollywood también le pasaron la factura a este actor que brillo en la decada en la que sólo podían brillar actores como él; los 70.
Acertado recordatorio.
En mi caso, 2010 me pareció una película justita (no especialmente buena, pero tampoco mala; es decir, aprobada, lo cual es un halago teniendo en cuenta que el 90 por ciento de las pelis de CF suelen ser de mediocres para abajo). Pero es que 2001 es LA película (o al menos lo fue, lo es, en mi relación personal con la CF) y por tanto no había, nunca hubo, lugar para la comparación.
La gran diferencia entre ambas (y los libros respectivos, por supuesto) sin duda es Kubrik: un verdadero genio. Mientras que Clarke simplemente fue un escritor eficiente.
Muy de acuerdo contigo, Julián. Por cierto, 2010 probablemente sea la mejor película de cf hard de la historia. Aunque, claro, dejando aparte «Con destino a la Luna», no recuerdo ninguna otra película de cf hard…
A mí lo que me flipa del Peter Hyams de los 80 es esa alucinante sensibilidad estética que tenía que creo que llega al cénit en 2010: puede que lo que cuente la peli no sea especialmente interesante, pero el envoltorio visual actualiza y supera el de Kubrick a base de muchísima imaginación con las luces.
Flipante. Sobre todo recordando cómo en sus últimas películas lo que prima es la fealdad y el horterismo.