Kurt Vonnegut (1922-2007) es uno de los pocos escritores de las últimas décadas bien considerado por la crítica y el establishment literario que ha incursionado en el género fantástico. Tiene novelas completamente realistas, otras encuadrables en la ciencia ficción o la fantasía, como La pianola o Las sirenas de Titán, y bastantes a medio camino entre los dos tipos. En este último grupo se podría incluir, a priori, Galápagos. Pero, en realidad, tras leer el libro, se comprueba que el porcentaje que representa el fantástico es claramente minoritario.
La historia cuenta los preparativos de un viaje en barco que van a llevar a cabo un grupo de personas. Debido a una serie de circunstancias catastróficas, dicho periplo resultará esencial para el porvenir de la raza humana. El problema de esta novela es precisamente que se centra en los preparativos, y no en el viaje.
Buena parte del libro consiste en una sucesión de pasajes bastante breves, con aspectos o hechos, muchas veces mínimos, de la vida de los protagonistas; reflexiones de los personajes o del narrador; microscópicos avances de la trama argumental; apuntes sociológicos, y multitud de detalles más sobre puntos muy variados.
Al principio, se aprecia la originalidad de dicha estructura narrativa, que, aún en esas páginas iniciales, no resulta cansina, ayudado por el estilo sencillo y directo de Vonnegut. Y así se valoran positivamente los matices irónicos que inserta el autor sobre variados temas sociales, políticos, religiosos, etc,….Pero el problema es que, según van avanzando las páginas sin variación alguna en el esquema, el aburrimiento y el hartazgo van ganando terreno. Los valores que posee la novela –el sarcasmo, la caricatura de la sociedad, las ideas que subyacen– van quedando sepultadas por la avalancha de mini-pasajes.
En el tramo final, por fin, la acción se vuelve más ágil y los acontecimientos se suceden a buen ritmo. Lo que sucede resulta más clasificable como fantástico. El tono general de la novela se torna más serio. Y en conjunto la obra gana.
Quiero reiterar que Galápagos tiene muchas virtudes, pero creo que el abuso de la estructura narrativa fragmentada termina difuminando un poco dichos valores. Y para el aficionado que vaya a leer una obra de ciencia ficción o fantástica, pronostico que va a terminar el libro, al menos en parte, decepcionado.
Dios mío. No puedo estar más en desacuerdo. Sé que no soy parcial, porque esta es una de mis novelas predilectas, pero no veo el aburrimiento por ningún lado. (Como, por otra parte no lo veo en nada de Vonegutt)
Vonegutt cuenta aquí, una vez más, el triunfo de la estulticia, y creo que junto con «El desalluno de los campeones», es donde mejor lo hace. Si la comparamos con otras obras, como la mencionada Sirenas de Titan o la Pianola, en esta se ve una madurez al escribir que no se encunetra en sus primeras novelas, más cerca de la CF.
Este señor escribiía como nadie, no digo que mejor o peor, pero su sarcasmo y especial forma de dirigirse al lector garantiza de todo menos aburrimiento.
Claro, que es cuestión de gustos, pero creo que las cosas siempre saben mejor si no se va con idéas preconcebidas. No sé si Galapagos es Ciencia Ficción o Fantasía, ¿pero a quién le importa?
DM
Totalmente de acuerdo con Dani. Esta es, en mi opinión, una gran obra.
Además, la crítica no me gusta nada; parece la crítica de un videojuego.