(Carta abierta a John Connor)
Estimado John:
Tú no me conoces, pero yo a ti sí, al igual que millones de personas que te siguen hace muchos años, incluso desde antes de que nacieses.
En cierta forma tu historia comenzó en 1984, en el motel Tiki. Fue allí donde tu madre, Sarah Connor, y tu padre, Kyle Reese, te concibieron. Ella era una joven normal que no podía imaginar que daría a luz a quien estaba llamado a liderar a la resistencia humana en su futura guerra contra las máquinas. Reese era un soldado llegado de ese futuro post apocalíptico enviado por ti mismo para proteger a tu madre de un cyborg asesino, un Terminator, procedente de tu mismo tiempo, cuya misión era acabar con tu madre e impedir así tu nacimiento.
Kyle amaba a tu madre antes de conocerla gracias a las historias que tú le contaste sobre ella, y así se lo confesó en aquel motel. Algún cínico insensible bautizó aquella escena como “Kiki en el Tiki”, pero debo reconocer que yo no pude evitar emocionarme, en parte por la bonita música de Brad Fiedel, sí, pero sobre todo por la forma en la que el soldado reveló su amor: “Atravesé el tiempo por ti, Sarah”, confesó a tu madre.
Aquella historia sucedió hace 25 años, y fue un gran éxito que entusiasmó a millones de espectadores.
En 1991 volvimos a saber de ti.
Para nosotros sólo habían pasado siete años, pero tú ya eras un adolescente en una película a medio camino entre la secuela y el remake, con Schwarzenegger, por entonces ya una estrella, encarnando ahora al terminator bueno, y unos FX corregidos y aumentados que hicieron historia y contribuyeron a que aquella nueva entrega fuera un éxito aún mayor que la primera.
Regresaste en 2003.
Habías crecido, tu madre había muerto, y de nuevo un Terminator malvado, esta vez con aspecto femenino, trataba de matarte. Y, esta vez de nuevo, un T-800 te salvaba junto a tu futura esposa. Por desgracia no pudisteis impedir que Skynet, un sofisticado programa de inteligencia artificial, tomara el control de los sistemas de defensa de los EE UU y desencadenase una guerra nuclear (el Juicio Final que predijo tu padre) con el fin de exterminar a la humanidad.
Años después nos llegó una serie de televisión que narraba historias que transcurrían entre la segunda y la tercera películas. No puedo hablarte mucho de ella, la verdad: todas esas subtramas que en nada enriquecían tu mitología me parecieron tan poco interesantes que confieso que abandoné a mediados de la primera temporada.
No era digna de ti.
Y ahora, por fin, hemos podido asistir al cuarto capítulo cinematográfico de tu saga. Supongo que querrás saber qué me ha parecido, así que te diré que es visualmente brillante, cuenta con un buen guión, una buena dirección y buenas interpretaciones, y resulta bastante entretenida; en resumen: una buena película si la evaluamos como una obra independiente. Ahora bien, si la estudiamos como lo que es, como un nuevo capítulo de tu cronología, mi opinión, necesariamente, es distinta.
En primer lugar, se me hace un poco difícil encajar esta nueva entrega dentro de tu historia. No sé si por la estética, por el diseño, por el tono, porque el sobrevalorado Danny Elfman ni siquiera se ha dignado a dar el protagonismo que merece al tema musical emblemático de la saga, o, simplemente, porque ha pasado mucho tiempo desde la anterior, lo cierto es que no tengo la sensación de que esta película tenga demasiada relación con las otras. Pero esto es únicamente una opinión subjetiva que posiblemente carezca de fundamento y tan sólo se deba a que ya estoy algo mayor.
Existen en la película otros “problemas” más evidentes y tangibles. El primero es que, si me permites que te lo diga, te han “robado la cartera”. Tú eres John Connor, el líder de la humanidad, y has dejado que Marcus Wright, un cyborg con angustias existenciales, te robe claramente el protagonismo. Tú eres John Connor, el motor de esta saga, y te has convertido en un secundario en tu propia película.
Claro que peor parada ha salido aún tu mujer, que es poco más que parte del decorado, y cuya presencia parece deberse únicamente a que la película anterior obligaba a que apareciese en ésta; es sorprendente que John D. Brancato y Michael Ferris, los guionistas que colocaron a Kate en aquel filme, no hayan sabido qué hacer con ella en este.
Pero lo más grave es que la película, además de no hacerte justicia a ti, tampoco nos la hace a nosotros, el público. Yo, al menos, me he sentido un poco engañado.
Me explico.
Desde siempre existe lo que yo llamo el “Método Sherezade”, aplicado, principalmente, a las series de televisión. Se trata de mantener a la audiencia en vilo, planteando preguntas que no llegan a contestarse, para que regresen a ver el siguiente episodio y así poder volver a bombardearles con publicidad o motivarles para que sigan pagando en el caso de los canales de pago. Esta táctica, aunque molesta, resulta disculpable en televisión, pero en el cine se me antoja intolerable, ya que una película debería funcionar como unidad en sí misma. Por desgracia cada vez es más habitual encontrarnos con casos como este.
Creíamos, John, que la próxima vez que tuviéramos noticias tuyas sabríamos por fin cómo acabaría la guerra, y se nos contarían episodios que conocíamos indirectamente, como el viaje de Reese al pasado, así como los envíos de los Terminators (buenos y malos).
Pero no.
Sí, es cierto que tal vez nada de eso vaya a suceder realmente en tu línea temporal; en cierta forma toda tu historia se basa en la posibilidad de cambiar el futuro, y tal vez los episodios anteriores hayan cambiado el pasado de forma que tu presente ya no sea el que Reese anunció a tu madre. Es posible, claro (¿has pensado en ello?). En cualquier caso, de ser así, hubiera estado bien que nos lo explicasen, porque si no, uno se lleva una pequeña decepción.
Verás, cuando se afirma “La guerra contra las máquinas acaba esta noche” (no habrás visto Matrix, pero también se afirmaba algo parecido) esperas que sea cierto.
Pero no ha sido así: ha llegado un nuevo día, y el final de la guerra aún parece lejano.
Nos habéis dejado colgados.
Yo, y millones de personas, llevamos 25 años esperando.
Parafraseando a tu padre, hemos atravesado el tiempo por ti, John, para saber cómo acaba todo.
¿Hasta cuándo deberemos seguir esperando?
Atentamente, Iñaki.
Snifff… a nadie le gustaba la serie… en cambio para mi es la única sucesora digna a las dos primeras películas y la única que se tomaba en serio la mitología de Terminator. Ha sido una pena que la hayan cancelado.