Spin, Robert Charles Wilson

Robert Charles Wilson es ahora mismo uno de los escritores más importantes en el campo de la ciencia ficción. Su estilo se basa en plantear ideas de partida deslumbrantes, propias de la ciencia ficción dura, y darles un tratamiento sobrio y literario, apoyándose en la sensibilidad de la caracterización. Se le ha reprochado a menudo que sus finales no están a la altura que el resto de sus novelas, pero también en este aspecto parece estar mejorando. Spin no es quizás la mejor obra para juzgarlo, ya que es la primera parte de una trilogÌa que se completaría con Axis, ya disponible en EEUU, y Vortex, aún por publicar. Sin embargo, a pesar de un final abierto que invita a secuelas, se trata de una novela bastante satisfactoria por sí misma, con pocos defectos que se le puedan achacar. También le ha supuesto a su autor un notable reconocimiento crítico, incluyendo su primer premio Hugo a la mejor novela.

Spin empieza con un acontecimiento inexplicable: una entidad desconocida, por motivos igualmente inescrutables, envuelve la Tierra en un campo de fuerza que tiene el efecto de retardar el paso del tiempo en su interior, de forma que lo que los habitantes del planeta perciben como un mes supone el paso de millones de años en el exterior. Partiendo de esta idea sorprendente, la novela explora la vida del protagonista, Tyler Dupree, que era un muchacho cuando apareció este campo de fuerza, y su compleja relación con sus amigos, los gemelos Jason y Diane Lawson, caracterizada por la admiración intelectual hacia el primero y el interés sentimental por la segunda.

En la narración se entremezclan dos hilos argumentales que acaban convergiendo de forma satisfactoria. El primero sigue en orden cronológico la vida de los protagonistas, el impacto del Spin en la sociedad humana y los esfuerzos científicos liderados por Jason Lawson para desentrañar el enigma que supone. El segundo, situado en un futuro remoto, describe a Tyler Dupree recibiendo de forma clandestina un agresivo tratamiento médico.

Se trata de una novela que en cuanto a calidad literaria se puede recomendar sin rubor a un lector exigente no acostumbrado a la ciencia ficción, siempre y cuando esté abierto a aceptar ideas sorprendentes. No cae en la excesiva autoreferencia que caracteriza a parte del género y, sin renunciar al sentido de la maravilla que constituye una de sus señas de identidad, no pierde de vista que el principal protagonista de las historias que los seres humanos contamos han sido siempre los propios seres humanos. Quizá no sea del gusto de los lectores que busquen altas dosis de acción y aventura, pero a juicio de buena parte de los críticos se trata de la mejor y más sólida novela de ciencia ficción publicada en el 2005 en EE.UU. y el año pasado en España.

Reseña en La Tormenta en un Vaso

Reseña en En Clave Pública

Reseña en SagaComic

Reseña en Bemonline

Reseña en La Biblioteca del Kraken

16 comments

  1. Completamente de acuerdo con el corolario: «la mejor y más sólida novela de ciencia ficción publicada en el 2005 en EE.UU. y el año pasado en España». Ojalá Axis y Vortex estén a la altura, porque esta trilogía dejaría huella.

  2. Yo no sé si es la mejor ciencia ficción publicada en EE.UU. ese año, pero desde luego de las publicaciones que salieron de «dentro» del género es la mejor, y no sólo de ese año sino probablemente de lo que llevamos de siglo. Wilson es un autor con una carrera interesante al que le había costado mucho hacer una obra con la uniformidad y la «redondez» que consiguió aquí. Buena exposición y exploración de personajes, quizás un tanto estereotipados, una buena base especulativa, un desarrollo con mucha continuidad…

    Sobre las continuaciones, «Spin» se cierra más o menos bien. No me quedé con ganas de saber qué pasará después, así que creo que se puede leer de forma independiente. Eso sí, menuda putada lo ocurrido tras la suspensión Ómicron. Me temo que tardaremos bastante en leer las traducciones… Mientras seguiremos viendo cómo nos llegan obras mediocres de escritores menos talentosos que Wilson. ¡Qué pena!

  3. Me dan miedo las continuaciones, ya que ese final abierto deja la novela muy redonda. Creo que si en dichas continuaciones intentan explicar demasiado los sucesos de Spin la cagarían. Pero estoy impaciente a que alguien que haya leído Axis (en inglés) comente si merece la pena o no.

  4. ¿Mejora mucho a Darwinia? Es que es el único que he leído de él, y a pesar de que la idea es muy atractiva su desarrollo me dejó un frío granítico que ha hecho que tienda a ignorarlo a nivel inconsciente.

    Es que lo de los gemelos y la historia de amor, por alguna razón oculta para mi entendimiento activa alarmas de seguridad ocultas en mi cabeza. Si Darwinia me parece poco más que mediocre, ¿puedo tener espectativas serias con esta?

    Salud y gracias de antemano.

  5. Sí, lo mejora bastante. La novela es bastante uniforme de comienzo a fin y es como si Robert J. Sawyer (con el que Wilson comparte maneras) hubiese aprendido a mantener el equilibrio entre la trama especulativa y la humana. Y frente a otras novelas de Wilson tiene una virtud: la uniformidad, aunque a costa de extenderse un pelín más de la cuenta. Puedes darle una oportunidad a «Los cronolitos», que está de saldo. O a la fallida «Mysterium», un homenaje a Dick que deja un buen regusto.

  6. Pondré la nota discordante. Me parece peor libro que Darwinia y que Los cronolitos. Personajes sin profundidad, trama morosa, ideas y artefactos vistos ya muchas veces en el género, consecuencias de la crisis poco elaboradas, final inconcluso.
    Vamos, que por si hay dudas, me parece una novela del montón. Pero dado el entusiasmo generalizado, yo no me fiaría de lo que digo, claro.

  7. ¿Peor que «Darwinia»? ¿No te parece que ésta está mucho mejor resuelta? Y más que morosa veo que tiene un ritmo pausado… algo que Wilson ya había logrado en su anterior novela, «Blind Lake» (traducido aquí con un título más estúpido, «Testigos de las estrellas»). Obra que, por cierto, decepciona bastante porque es un paso atrás respecto a «Los cronolitos» en todos los aspectos con personajes planos, una trama previsible y poco elaborada…

  8. Lo de Darwinia es una auténtica lástima. Iba para novela grande y se fastidia por un error gravísimo en la estructura. Da información crucial, la que mantiene al lector intrigado por la historia, a mitad de libro y éste se desinfla. Pero la riqueza de ideas, el misterio propuesto, la conjunción de subgéneros que propone (aventura exploratoria, hard sf y terror lovecraftiano) son de una ambición importante. Para mi gusto, Spin no llega a eso ni de lejos. Hay novelas de Sheffield, algunas iniciales de las KB’s, de Sawyer mismo, incluso de Aguilera que están mejor tratadas que ésta. Que por cierto, vuelve a tener un desequilibrio tremendo, al comenzar in media res, entre lo que sucede en el presente y lo que sucedió en el pasado. En todo caso, ya me explayaré más en Hélice.

  9. Y ahora que lo releo, el «incluso de Aguilera» es por la cercanía, no por condescendencia, porque por supuesto Aguilera es bastante mejor que Sawyer.

  10. Pues me dejais bien!!!! Jejejeje

    Coincido con lo que dice Kaplan de Darwinina, de hecho la considero mediocre precisamente por el desequilibrio brutal que le encuentro entre su primera mitad (con un planteamiento inicial atractivo como pocos) y la segunda en la que todo decae hasta el subsuelo.

    Hay en la dedepción producida algo parecido a lo que pasa con Sawyer, la cual siempre he asociado al «efecto Bendford» consistente en actualizar la vieja novela tecnohard en base a introducir estructuras narrativas lloriqueantes a lo Estrenos TV. Como si de alguna manera flotara en el ambiente la idea no explícita de «basada en hechos reales» entendida como Dramón.

    Es algo que me molesta mucho precisamente porque creo que en cierto sentido es una paradoja en cuanto a lo prospectivo. El conjunto de ideas brillantes que tienen los joios parece siempre estar dirigida a la contemplación comprensivo/benévolizante del lector, a hacerte sentir comodito y bueno de consciencia. A mi no es que me deje a medias en pleno éxtasis de sentido de la maravilla, es que me impide la correcta extrapolación de las ideas.

    Ese partir de «Lo Grande» a lo «Cotidiano» en términos de film televisivo o telecomedia española familiar me quita todo el encanto.

    Así que no sé qué esperar de Spin, aunque ahora me da un morbo que no veas, juas juas juas.

    De los últimos que mencionas Kaplan, sólo aprecio verdaderamente (y no siempre igual) a Aguilera. Pero me has matado con lo de Sheffield, tipo que ejemplifica para mi lo que es la Idea de Medianía Hard por antonomasia: con el siempre tengo la molesta sensación de leer algo de segunda mano, como comer hamburguesas previamente digeridas.

    Salud!

  11. Sheffield es el heredero más aventajado de Clarke. Hace lo que empezó siendo la cf hard antes de que ésta se radicalizara hasta lo incomprensible. La maravilla explicada en cuatro frases, no en cuarenta páginas. No es que fuera un prodigio en la construcción de personajes, pero tenía talento para la narración y una imaginación prodigiosa. Entre los latidos de la noche, por ejemplo, es superior a cualquier cosa que haya hecho Wilson, que me sigue pareciendo un escritor interesante.

  12. Yo a Sheffiled tengo que darle una segunda oportunidad…

    En cuanto a «Spin», después de leer lo que has dicho, ni se te ocurra acercarte. Tú eres lector «Luz»…

  13. Luz lo tengo para empezar en breve, después del buen sabor de boca que me ha dejado la serie de Viriconium.

    No niego que Sheffield sea un seguidor de Clarke, desde luego tiene buena parte de sus defectos y algunas de sus virtudes. Pero ninguno de sus libros me ha dejado realmente un buen sabor de boca. No soy santo de devoción de Clarke pero algunas de sus obras me han tocado seriamente en eso del sentido de la maravilla. Hay un aspecto especulativo en el primer Clarke que me gusta mucho, una suerte de querer meter la patita dentro del aspecto metafísico de la ciencia que es lo que más me despierta ese sentido de la maravilla. No digo que Rama no esté bien, disfruto como el que más con el aspecto tecnológico hard, pero después de esta y Mundo Anillo, lo que hace Sheffield me parece menos ambicioso.

    Salvo La telaraña entre los mundos, que al menos me hizo pasar un buen rato, y en menos medida Entre los latidos de la noche, todo lo demás me parece bastante anodino. Las crónicas de McAndrew más allá de las ideas tecnológicas que desarrolla me parecen cuentos olvidables. Marea estival es un nuevo refrito de lo que hemos leido ya un buen montón de veces.

    Puede que sea que el hard que me gusta es más retorcido y radical, tanto en el sentido de la palabra que elude a la raíz como el que se entiende usualmente como extremista, porque precisamente el aspecto narrativo más «puramente literario» es por lo usual un campo ideal para desarrollar ideas hard.

    Reconozco que Egan es un literato bastante mediano por no decir mediocre, pero creo que me asombra y maravilla más la especulacion sobre la identidad, o la naturaleza de la información, la relación de la epistemología y la ontología, que el desarrollo de maquinaria impresionante. Aunque puede que sea también porque tantos Brins y Bendford han acabado con el gusto por la nave megalítica, la ingenieria espectacular, ahora encarnada en tipos como Reynolds, y que ahora se me antoja algo limitada y miope en su especular.

    Salud!

Comments are closed.