Como si de un participante tardío a la convocatoria del Premio Espiral de Ciencia Ficción 2003 se tratara, el escritor alemán Andreas Eschbach vertebra su último éxito de ventas en su país de origen sobre la premisa de la escasez de petróleo, tema que ya había tocado en menor profundidad en su ensayo Das Buch von der Zukunft (El libro del futuro), donde Eschbach se dedica a teorizar y especular sobre el efecto del desarrollo de las nuevas tecnologías y su impacto sobre nuestra sociedad actual a años vista.
Conocido en nuestro país por la original space opera Los tejedores de cabellos y, en menor medida, por sus novelas más "crichtonianas" El vídeo Jesús y El premio Nobel, Eschbach aborda la redacción de Ausgebrannt con oficio, prestándole quizá más importancia al trasfondo socioeconómico de la idea seminal de su novela (¿Qué ocurriría si de un día para otro se cerrara el grifo de las reservas de crudo mundiales?) que al apartado puramente literario, caracterizado en esta ocasión por un lenguaje sin artificios y por una trama trufada quizá en exceso de elementos arquetípicos (megacorporaciones megamalvadas, herederos reales a los que les pierde la codicia, agentes de servicios secretos que ora acosan al protagonista, ora deciden cambiarse de bando y salvar el día), por no mencionar el maniqueísmo en que cae directamente algún que otro personaje.
Pese a la cantidad de hilos conductores que se enhebran en la novela, destaca por encima de los demás el que tiene por protagonista a Markus Westermann, alemán enamorado del american way of life que llega a los Estados Unidos por motivos de trabajo, decidido a conseguir a toda costa su green card y hacer realidad su american dream. (Los anglicismos no son gratuitos, basten como pequeña muestra de los que salpican las páginas de Ausgebrannt, en un intento palpable por parte de Eschbach de dotar de personalidad a su alemán fascinado con todo lo que huela a EE UU) Dicho sueño americano no tardará en verse amenazado por el despido al que lo somete su empresa contratante.
A partir de ahí, se suceden las casualidades: Por casualidad conoce al austriaco Karl Block, una especie de zahorí petrolífero que afirma conocer el secreto para encontrar el preciado oro negro de los lugares más insospechados; por casualidad conoce a Amy Lee, exótica belleza hija de un potentado chino de la que Westermann se enamorará perdidamente; por casualidad conoce al agente especial Taggard, empleado de la CIA cuyo pasado resultará ser clave para el presente de Markus y el futuro de la humanidad… por casualidad, en definitiva, ocurren demasiadas cosas en la novela, lo que a veces puede producir en el lector la molesta impresión de estar viéndoselas con un monumental deus ex machina de más de 700 páginas.
Tampoco la dosificación de la acción ayuda a aligerar el paso de los capítulos, rematados casi sin excepción por espectaculares cliffhangers, algunos sin duda más interesantes que otros. Le tiembla el pulso a Eschbach en algún momento crucial de la novela, como la resolución de la subtrama que tiene como protagonista a la familia real de Arabia Saudí, e increíblemente se queda sin espacio para desarrollar como debiera determinados personajes y situaciones, siendo quizá el caso más flagrante los insustanciales capítulos dedicados a una secta "post-sequía" que, aislada de un mundo que se tambalea ante el agotamiento de sus reservas de petróleo, se propone combatir la crisis con una radical vuelta a las raíces recolectoras-cazadoras del hombre.
Aunque no todo sean parabienes, tampoco sería justo hacer la vista gorda con las principales virtudes de Ausgebrannt, a saber: una impecable labor de documentación sobre el tema en torno al cual gira la historia y una desesperantemente morosa dosificación de la información, con la que el alemán logra mantener en vilo al lector contra el viento y la marea de su abundante número de páginas y su escasamente original concepción de los personajes. Muy recomendable, en definitiva, para quienes deseen leer una interesante exposición de ideas sobre los efectos de una hipotética y brusca escasez de petróleo en el mundo, algo menos para quienes deseen recuperar al Andreas Eschbach más lírico y evocador que nos encandiló con su debut en España, Los tejedores de cabellos, a cuyo universo por fin regresa el autor ahora con Quest, publicada hace apenas dos meses en Alemania.