La chica de ayer: viajando a la Transición

Para este mes me hubiera gustado hablar, más extensamente de lo que voy a hacerlo, de La chica de ayer, la versión de Antena3 producida por Ida y Vuelta de la singular serie Life On Mars que produjera hace un par de años la británica BBC. Pero la cadena ha estado aplazando el estreno de la misma sine die. El problema parece ser su dificultad de ubicación en la parrilla. Los episodios están ya rodados, al menos en su primera temporada, y sin embargo no se sabe cuando serán emitidos, aunque dada la falta de previsión de la cadena podemos tener la sorpresa de que antes de que este artículo se publique la serie sea estrenada.

Lo poco que se ha podido ver de la misma hace presagiar que es una copia casi plano a plano de su original británica. Como ya sabemos, un inspector de policía, después de sufrir un accidente “mortal” de tráfico, se ve desplazado a unos 30 años en el pasado con sus recuerdos intactos. En este viaje en el tiempo el protagonista reacciona como lo han hecho todos los personajes envueltos en el mismo tipo de viaje desde el ya lejano yankee desplazado al reinado del Rey Arturo. La sorpresa inicial da paso al recuerdo, al reconocimiento de algunas situaciones y de la resolución de problemas de manera “sorprendente” gracias a sus conocimientos del futuro que es para él el pasado.

¿Qué es lo que lleva a una cadena de televisión como Antena3 a versionar una serie de culto, pero minoritaria, de la BBC? ¿Falta de ideas? ¿Crisis económica? Lo primero puede ser una de las razones, pero lo segundo no parece que sea acertado, pues es de suponer que el producir una serie nueva es más caro que comprar los derechos de emisión de la serie original, obviando que además hay que pagar una nueva producción.

Es razonable pensar que dos premisas fundamentales son las que han decidido a la cadena el conceder luz verde a su producción: el éxito de Cuéntame como pasó, imbatible desde hace años en el ranking de TVE1, y la buena acogida de la serie británica en todo el mundo. La primera de las razones es mas que obvia pues nos encontramos, desde hace años, en plena reivindicación de lo que fue la Transición y de la nostalgia. Los que vivimos esa época de jóvenes, probablemente un target buscado intencionadamente, y las nuevas generaciones que quieren conocer cómo vivían sus padres en uno de los períodos mas interesante de la España cercana, son público potencial de estos episodios.

Situar la acción en 1977 supone un acierto, por la relativa cercanía, y un terrible problema precisamente por esa proximidad en el tiempo. Así, renacerán “los grises”, y los policías franquistas que han de reconvertirse a marchas forzadas hacia la democracia.

Lo que he podido ver de los capítulos muestran a un Ernesto Alterio interpretando al inspector de policía que viaja en el tiempo,  Samuel Santos, con una actuación, tal vez, demasiado “estirada”. Antonio Garrido, que encarna al Inspector Jefe de Policía Joaquín Gallardo, al que todos llaman Quin, encaja perfectamente en el papel de su homólogo británico, el inspector Gene Hunt. La tercera en discordia es Manuela Velasco, que encarna a Ana, una policía que por su condición de mujer en la época está relegada a funciones meramente administrativas.

Según declaraciones de uno de los productores, Goyo Quintana, la serie mostrará “una España machista, homófoba y reprimida desde la perspectiva de un hombre del siglo XXI. No es un retrato amable, se reflejan los problemas que había en este país".

Ocho capítulos constituyen la primera temporada, y parece una vez mas que la versión es un calco de la original, ya que ésta también tenía ocho episodios en su primera temporada y otros tantos en la segunda. Parece ser que Antena 3 ha hecho un esfuerzo en inversión para conseguir derechos de temas de la época. Si en la serie británica teníamos a David Bowie –el título original procede de uno de sus temas más conocidos– o a Queen, en esta adaptación sonarán Triana o Los chunguitos. Indudablemente, no hay color, pero ésa era la época. Sin embargo la canción de Nacha Pop que proporciona el título de la serie en España tendrá que esperar a una hipotética segunda temporada, pues se publicó en 1978.

7 comments

  1. A mí no me parece nada mala cosa que tiren de remakes de series buenas, a base de españolizar las cosas… Mucho mejor que la dichosa sit-com nacional tipo Aida y tipo tantas… Supongo a que esperan que acabe Dr. Mateo para meterla en prime time los domingos, sin rival posible.

    Y eso de que no hay color entre Bowie y los Chunguitos…. ¡Cuidao!, que te endiño una jartá de palos que t’arreviento, primo…

  2. Hombre yo pienso que antes de hacer el dichoso remake, podían haber emitido la serie original en la cadena principal y no escondidita en el canal de TDT.

  3. Desde luego, coincido en que ya que no nos pasan la serie original al menos nos evitamos una serie más de telebasurilla. Otra cosa es la mayor o menor inventiva que le echen a los guiones. Con la de lances entrenidos posibles y con toda la extrañeza potencial de la situación de volver al pasado, espero que la cosa no quede en Chico encuentra Chica. O que simplemente se quede en un Cuéntame más y que la circunstancia de la anomalía temporal se vaya quedando en un segundo plano.

  4. A mi me parece que este no es otro que uno más de los engaños mediáticos de las cadenas de TV, para que nos creamos lo guapos y modernos que somos, y cuanto hemos avanzado: nada en realidad.

    Nada de industria, nada de investigación, el ladrillo haciendo agua por todas partes y la vuelta a las suecas y alemanas en la playa, y con los políticos bañándose junto a ellas con cochazos de lujo. De transición nada de nada.

    Ya me gustaría volver al pasado, pero el del Reino Unido o el de USA, mejor aún que el futuro/presente de aquí.

  5. Pues yo tengo ganas de verla y no sólo porque me entusiasma el tema de los viajes en el tiempo sino por ver si es más fiel a la realidad que «Cuéntame…», porque ésta última me ha decepcionado bastante, sobre todo las últimas dos o tres temporadas, hasta el punto de que dejé de verla hace tiempo.

    «Cuéntame…» comenzó bien y en la línea de «Aquellos maravillosos años» pero a medida que pasaban los años y se aproximaba al mundo actual (y a medida que coincidían los personajes en el tiempo con mis recuerdos de aquella misma época) pude comprobar una vez más lo mentirosos que llegamos a ser a la hora de recordar las cosas no como ocurrieron de verdad sino como nos gustaría que hubieran ocurrido.

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